Sadrac significado bíblico

sadrac

Definición. El significado bíblico de Sadrac es el servidor de los dioses. Este fue el nombre asignado a un joven israelita, que tuvo que ir a Babilonia durante el exilio. Él, junto a su familia, se mudó de su tierra, para vivir en un nuevo país. Sus costumbres, cultura y la forma de adoración eran diferentes.

Vídeo sobre el significado bíblico de Sadrac

¿Por qué a Sadrac le asignaron este nombre?

Todos los israelitas que llegaron a Babilonia tuvieron que enfrentarse a un nuevo estilo de vida. El rey Nabucodonosor exigió al jefe de los funcionarios de la corte una tarea. Él debía buscar jóvenes hebreos, con buena apariencia y sin defectos físicos. Además, tenían que manifestar sabiduría, discernimiento y conocimiento para que sirvieran en el palacio del rey.

A estos se les enseñaría el idioma y la escritura de los caldeos. Además, comerían de los manjares del monarca. Entre los muchachos seleccionados estaban Daniel y a sus amigos. Así que, durante tres años, ese fue su comida. El funcionario principal cambió sus nombres por unos babilonios. Al joven Hananías, lo llamó Sadrac, porque él serviría a las autoridades del reino. Lo mismo ocurrió con Misael, que fue nombrado como Mesac, Azarias fue llamado Abed-nego, y por último, Daniel fue llamado Beltsasar.

Estos chicos sabían que esos alimentos los contaminarían, pues los israelitas no los consumían por orden de su Dios. Daniel habló con el funcionario principal para que no le dieran esa comida. Sin embargo, el hombre tuvo miedo de no seguir las órdenes del rey.

Por eso, le pidió al soldado que hiciera una prueba durante 10 días, ellos solo se alimentarían con legumbres y agua. Al pasar el tiempo, su aspecto era mejor que los demás. Así que, durante un par de años, a ellos se les preparó de una manera diferente. Al llevarlo ante el rey, estos jóvenes destacaban de los demás por su apariencia y sabiduría.

¿A qué otra prueba se enfrentó Sadrac?

A los hebreos se les puso a cargo de la administración de la provincia de Babilonia. Cuando el rey decidió erigir una estatua en su honor, estableció que todos debían inclinarse delante de la imagen. Influenciado por unos enemigos de los israelitas, dio la orden de quien se abstuviera a ese mandato se le echaría al horno de fuego.

Estos se mantuvieron fieles a sus creencias y se rehusaron a cometer este acto de idolatría. Sus enemigos los acusaron de ir en contra del monarca y se le llevó al lugar de castigo. Antes de eso, Sadrac y sus amigos manifestaron que confiaban en que su Dios los salvaría de cualquier peligro. Y así fue, Jehová envió un ángel que lo cuidará.

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