Leopardo significado bíblico

leopardo salvaje

Definición. El significado bíblico de leopardo es el nombre con el que se denomina a un animal feroz. Su pelaje se muestra manchado en amarillo con negro y es una bestia salvaje, por lo que es peligrosa.

Es cazador, por lo que realiza ataques a los hombres de manera frecuente, ya que, los acecha en el desierto. Pero, el hábitat natural de ellos, se encuentra en el monte, pues buscan esconderse entre la maleza para atacar. Se describe con una gran agilidad y bastante rápido. Es parte de los animales feroces que se mencionan en varias ocasiones en la biblia, junto a animales como el zorro o el chacal.

Leopardos en las sagradas escrituras

El término leopardo en la Biblia se menciona en diferentes ocasiones en estos textos. Por lo general, la palabra se usa para hacer comparaciones de las habilidades que posee.

De tal manera que Habacuc habla de caballos que serán más ágiles que los leopardos. Mientras que, Oseas sugiere que el será como un leopardo y acechará a los demás de modo sigiloso.

Estos felinos acostumbran a alimentarse de cabras y ovejos. Además de otros animales domésticos. No obstante, Isaías predice que un día, el leopardo y el cabrito se acostarán, al igual que el lobo y el cordero.
Haciendo alusión a que llegará un momento en que las especies se crucen entre ellas y alguien los guiará.

En Daniel, se explica una visión de un monstruo parecido a un leopardo pero con alas, además de cuatro cabezas. El leopardo alado era un apelativo que tomó fuerza con la aparición del imperio griego.

En especial por las conquistas guiadas por Alejandro Magno, también llamado el grande. Pues los helenos obtenían victorias con mucha velocidad y ferocidad. La autoridad romana también quiso asumir este apodo y símbolo.

Para ello crearon una imagen, con el fin de usarla en los escudos y banderas. Pretendían con esto infundir miedo en los rivales. El dibujo mostraba a una figura parecida a un leopardo, pero con pies de oso y hocico de león.

Procedencia del leopardo

Los naturalistas antiguos pensaban que esta fiera resulta del cruce entre leones y panteras. De allí proviene la denominación recibida, pues leo es del primero y pardo viene de pardus, en latín pantera.

Sin embargo, los nuevos descubrimientos muestran que es una variante de estos gatos oscuros. Pues ambas criaturas abundan en África y en la parte sur de Así. Dentro de Palestina, se sitúan en gran medida al este del río Jordán. Aunque, también aparecen al oeste del afluente de agua.

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