Marido significado bíblico

marido

Definición. El significado bíblico de marido es en hebreo ʼisch (hombre), griego a·nḗr (varón) se alude a una persona de género masculino casado.

En Génesis 18:12; 20:3 y Jeremías 3:20 hallamos otros vocablos que se manejan con esta expresión, y son: ʼa·dhóhn (señor), bá·ʽal (dueño; amo) y ré·aʽ (compañero; amigo). Asimismo, en la nación judía se llamaba marido (esposo) al caballero que se iba a casar.

Vídeo sobre el significado bíblico de Marido

Al igual, este podía proponerle matrimonio a la muchacha o acordar con ella un venidero casamiento. Eso se hacía con solo cancelarle a su progenitor o valedores el costo de la prometida o el dinero de adquisición. De esta manera, la novia alcanzaba a ser de su posesión. Entonces, el enamorado llegaba a convertirse en su bá·ʽal, el cual se traduce 'propietario; dueño', y a la dama se la nombraba beʽu·láh, que se descifra 'poseída como esposa'.

Autoridad del marido

Al momento del macho casarse, pone a su doncella bajo una actual ley, 'el estatuto de su marido'. En estas, el caballero puede instituir normas y medidas de conducta para su familia. Según Efesios 5:21-24, 33 se hace cabeza, y la compañera debe someterse a él. Este es un mando relativo, en vista de las jefaturas principales de Jehová y de Jesucristo. El Consorte tenía la obligación de darle a su esposa el débito conyugal, pues 'el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su pareja'.

Además, es garante del bienestar espiritual y material de la casa. La dirección del sujeto sitúa encima de él un juicioso compromiso. Aunque es patrón de su esposa, tiene que admitir que ella es de gran importancia a los ojos del Todopoderoso, en particular si es cristiana. Debe amarla de la misma manera que a él, pues los dos son 'una sola carne'.

Modo esclarecedor de marido

El viejo país de Israel se hallaba comprometido con el Altísimo a través de la alianza del Decreto, por eso Jehová era su 'amo marital'. El apóstol Pablo considera al Salvador un padre de los cristianos ungidos, sus proles espirituales. Y de la 'Jerusalén que se halla en los cielos', una madre, mostrando que el Supremo se piensa de sí mismo que es marido de ella.

Al Mesías se le considera esposo de la comunidad cristiana. Esta semejanza pone de realce tanto su dirección, y a la vez el cuidado afectuoso que descarga a la hermandad. Él concedió su propia existencia por ella y sigue nutriéndola y atendiéndola.

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