Aguas amargas significado bíblico

aguas amargas

Definición. El significado bíblico de aguas amargas, es el castigo que se les daba a las mujeres en los tiempos de Moisés. Sobre todo, cuando desobedecían a los estatutos de Dios por ser infieles a sus esposos y considerarse pecadoras. Es por ello, que en las sagradas escrituras se presenta el término como una directriz que aplicaba a todos los miembros de la comunidad.

Vídeo sobre el significado bíblico de Aguas amargas

A la par, existían instrucciones muy precisas respecto a las aguas amargas. En algunas, se indicaba a los esposos que sospechaban de infidelidad que acudieran a la figura del Sacerdote. Esto, con el propósito de que intercediera ante Dios para conocer la verdad y sí debía hacerse justicia.

Proceso de condena en las aguas amargas

Una vez que se tenía la sospecha y se llevaba el caso al Sacerdote, se mezclaba agua santa con polvo del piso del tabernáculo. Todo ello, con el fin de que se revelara la verdad gracias a las aguas amargas. Así pues, cuando la mujer bebía, lavaba sus maldiciones y si era culpable, se le hinchaba el vientre y los muslos decaían.

Luego, el sacerdote buscaba harina de cebada y la colocaba en las manos de la mujer que se sometía al proceso de las aguas amargas. Con lo cual, se ofrecía ante Dios en el altar para que dictaminara si las pruebas eran certeras o no.

En caso de ser inocente, no sucedía nada al beber de las aguas amargas. Razón por la cual, su marido estaba en el deber de embarazarla como acto de compensación por sus sospechas. Pero si era culpable, uno de los castigos por parte de Dios sería que se quedarán estériles por el resto de su vida en el plano terrenal.

El simbolismo de las aguas amargas

Las aguas amargas son simbólicas dentro de la Biblia. Puesto que, si se decía que su muslo decaía, significaba que la mujer tenía los órganos de la reproducción en mal estado. Y cuando el vientre se hinchaba, no aludía a un embarazo como tal o a una reacción desfavorable. Si no que, se trataba de la culpa que se reflejaba por parte de la acusada.

Cabe destacar, que en el rito de las aguas amargas, no se evidenciaba la presencia de testigos y se correspondía de modo similar con la ley mosaica. Luego de los actos, se registraban los juramentos de las damas en un libro de la mano del sacerdote.

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