Gasmu significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Gasmu, es nombre que le perteneció a uno de los principales adversarios del pueblo de los judíos por los tiempos en los que vivió Nehemías. Se le menciona en las sagradas escrituras junto con Tobías y Sanbalat. También se relaciona el término con Gesem, según la opinión de varios estudiosos.
Gasmu y las maquinaciones de los adversarios
En la Biblia se incluye el nombre de Gasmu junto con el de otros dos hombres, uno de procedencia árabe que se caracterizaban por ser íntimos enemigos de Nehemías. Ellos escucharon que tal personaje edificó un muro y le pidieron que se reunieran en las aldeas del campo de Ono, aunque tenían malas intenciones en su contra.
Por lo tanto, el siervo de Dios les envió mensajeros a Gasmu y sus compañeros, señalando que hacía gran obra y que no tenía tiempo de asistir a su encuentro. Sin embargo, sus intentos fueron infructuosos porque Sanbalat volvió a enviar una carta diciendo lo mismo por quinta vez.
En el mensaje se decía que se escuchó entre las naciones y que Gasmu lo afirmaba. Todo se trataba de su presentimiento de que el pueblo de los judíos se rebelaría sin que se diesen cuenta, por ello, se interesaban en frenar sus intentos. Se creía que Nehemías se deseaba posicionar como el nuevo rey a través de la edificación del muro.
Gasmu y las fallas de los enemigos
Gasmu y los otros hombres sacaron a la luz las tácticas maliciosas que pretendían frenar el trabajo de Nehemías. Por eso, le propusieron tantas veces que se reuniera con ellos con la finalidad de llegar a un acuerdo negociado. No obstante, el hijo de Dios fue astuto y logró percatarse de las señales e invitaciones en las que les harían daño.
Podemos aplicar la enseñanza de Gasmu en la actualidad, dado que, hay personas que no están de acuerdo con la doctrina de la fe al volverse adversarios de la iglesia. Aquel que no pretende acceder a sus peticiones, es sabio al no tratar con aquellos que están en contra de la palabra de cristo y del creador.
Nehemías llevaba a cabo una buena obra, por eso, no debía rendirles cuentas a sus enemigos, quienes fallaron en sus planes malignos. Él prosiguió adelante sin dejar el rumbo de la misión que Jehová le encomendó, no perdiendo el tiempo con aquellos hombres de oídos necios.