Funcionario significado bíblico
Definición. El significado bíblico de funcionario, es trabajador que se colocaba al servicio de la administración pública. Se trata de un oficio que data de muchos años de antigüedad y que nos viene dado desde los griegos.
En las sagradas escrituras también se habla del magistrado como una especie de funcionario que se encargaba de todo lo concerniente a la justicia que recaía sobre los pueblos. En ese sentido, es posible afirmar que este tipo de cargos se desempeñaban desde la época de los babilonios y se les designaba por parte de los reyes de las naciones en las que residían.
Dios como funcionario
El término funcionario aplica a la soberanía que sólo Jehová puede ejercer y que se relaciona con el poder digno de un rey de alto rango. Si bien es cierto, en la tierra existen gobernantes que a pesar de su máxima autoridad, se les olvidará en el futuro. En cambio, lo que tiene que ver con Dios es diferente porque su control se ejercerá durante toda la eternidad.
Debemos tener en cuenta que el señor es el más alto funcionario porque fue él quien creó las cosas, desde el universo hasta lo más pequeño en el caso de las partículas. Así lo afirman los pasajes de colosenses y del libro de Job en el que se habla de que solo él puede hacer las cosas y nadie es capaz de detenerle.
La soberanía de Jehová también se aprecia en los hechos que involucran a su hijo concerniente a la crucifixión. Allí actuó como funcionario, teniendo pleno control de la situación y para desarrollar su plan a cabalidad. Sólo a él se le permite gobernar de manera eterna y a través de todas las generaciones venideras, sin que nadie más pueda ocupar su lugar.
La función del funcionario humano
La participación del funcionario en la Biblia fue bastante relevante y corresponde con diversos eventos que se presentaron a lo largo de la historia. Uno de sus principales roles consistió en encargarse de la administración de las provincias antiguas y de mantener el orden de los pueblos.
Así como acontece en la actualidad, el funcionario tenía que satisfacer el bienestar general de las personas y hacerse responsable de sus actos. Su comportamiento debía ser honesto y prestar el mejor servicio público sin desobedecer las leyes impuestas por los reyes de las naciones en las que permanecían por largo tiempo.