Tola significado bíblico

Definición. El significado bíblico de Tola, es nombre de dos personajes que vivieron en los tiempos del antiguo testamento. La traducción del término quiere decir gusano, escarlata o larva.

Tola y los tolaíta

La Biblia nos dice que los tolaíta fueron los descendientes de Tola, uno de los parientes que tuvo Isacar. Se cree que estas personas vivieron en diversas locaciones, entre las que están Egipto.

Los tolaíta contaron con la representación de Tola, su padre fundador, pero mantuvieron la semilla de uno de sus patriarcas que fue Jacob. En este sentido, contaron con múltiples bendiciones.

Sabemos que Jehová les dio a los descendientes de Tola una promesa sagrada. El señor dijo que les acompañaría hasta el final de los tiempos y que, además, les convertiría en una gran nación. Es por eso que, a muchos de los tolaítas los recibieron bien en tierras extranjeras.

Tola en el libro del Génesis

Los pasajes de este libro tan importante nos dicen que Tola fue uno de los hijos de Isacar que emigró hacia Egipto, allí fundó su propia familia tribal. Estas cosas sucedieron cuando Jacob se enteró de que su hijo José aún vivía y se encontraba bien en tierras extranjeras.

En ese momento, salió Israel con todo lo que tenía, porque Dios se le apareció a Jacob en visiones, diciéndole que no temiera descender hacia Egipto. Le hizo la promesa de que le convertiría en una gran nación si se iba para la localidad de Egipto, tal y como lo dictaba su Santa voluntad.

Tola fue parte de la descendencia que Israel trajo consigo, con ellos iban los hijos, nietos, abuelos y demás parientes. Es así, como en los pasajes bíblicos se les clasifican a todos estos personajes de acuerdo a sus clanes familiares y se plasman sus nombres para la posteridad.

Tola y Jair juzgan a Israel

En el libro de los jueces aparece otro hombre cuyo nombre fue Tola, pero este fue el hijo de Fúa, de la tribu de Isacar.

Los escritos manifiestan que después de Abimelec, se levantó Tola con la finalidad de librar a Israel. Este varón habitaba en Samir, justo en las laderas del Monte de Efraín. Allí mismo se le sepultó luego de que juzgara al pueblo.

Después de Tola se levantó Jair, y duró veintidós años juzgando a Israel, además, tuvo treinta hijos, fundó varias ciudades que se encuentran hoy en la tierra de Galaad.