Suertes significado bíblico

suertes

Definición. El significado bíblico de suertes, es método que se empleaba en la antigüedad para tomar decisiones importantes. Se trató de un medio de consulta al padre celestial cuando sus hijos no sabían como proceder en la tierra.

El hecho de echar suertes se relacionó con Pur, que también servía al desear buenos augurios sobre las cosas o personas. Era una técnica que se llevó a cabo numerosas veces en la antigüedad, incluso los reyes se valieron de ello.

¿Cómo se echaban las suertes?

En primer lugar, es importante destacar que las personas que acudían a las suertes, lo hacían con la finalidad de seleccionar a alguien para que formara parte de un grupo. Sin embargo, este método también resultó efectivo a la hora de dividir las secciones de propiedad o las tierras en las que vivía la gente.

Con la técnica de echar suertes, era posible repartir los bienes entre diversos individuos, sin que se presentasen problemas en torno a ello.

Hasta la fecha, la Biblia no ofrece información concisa que nos permita saber la forma en la que la gente echaba las suertes. Es posible que tiraran pequeños trozos de madera o de piedra hacia el suelo de manera de que cayeran de un modo determinado.

El día en que los judíos decidieron matarse unos a otros, echaron suertes a través de pedazos de cerámica que contenían nombres escritos. Así se registra en ciertos documentos de la época en Masada.

Echar suertes en la Biblia

A lo largo de las sagradas escrituras se nos señala la forma en la que varios personajes llegaron a echar suertes con un determinado propósito. Quizá el método para designar a las personas, consistía en colocar una tableta de piedra con una inscripción en una caja. Esta se sacudía y al sacar una ficha, se veía a nombre del seleccionado.

Al echar suertes, la voluntad de Dios y su propósito se encontraba presente en cada decisión. Con este método se seleccionó a uno de los apóstoles de Cristo, el libro de Lucas nos revela eso a través del espíritu santo.

La Biblia también nos comenta que, para escoger al macho cabrío de la expiación, en ocasiones se recurría a este método. Sin dejar de lado, que fue bastante efectivo en la distribución de los territorios que habitarían los hijos de Dios que creyeron en la promesa de la tierra prometida y que jamás abandonaron los preceptos de la fe.

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