Río de egipto significado bíblico
Definición. El significado bíblico de río de Egipto, es nombre que se asignó a una corriente de agua a la cual todos conocían como el Nilo. Lo más común es que la referencia se consiga en los pasajes sagrados en relación con diversas profecías de la antigüedad.
Al río de Egipto se le denominó por ser una frontera natural que se encontraba al sur de la tierra de Canaán. En la actualidad, se le reconoce como Wadi- el-Arish, sus latitudes se visitan por parte de miles de personas interesadas en el contexto sagrado y religioso.
Por su lado, el río de Egipto recolecta las aguas que vienen dadas de la parte norte de la península del Sinaí. Se dice que su desembocadura se lleva a cabo en el Mediterráneo.
Primeras apariciones del río de Egipto en la Biblia
En 2 Reyes 24:5-7 encontramos la siguiente referencia 'Los demás hechos de Joacim, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Y durmió con sus padres, y reinó en su lugar Joaquín su hijo. Y nunca más el rey salió de su tierra; porque el de Babilonia le tomó todo lo que era suyo desde el río de Egipto hasta el Éufrates'.
El capítulo, que habla del río de Egipto, narra los acontecimientos que sucedieron en el tiempo por el que Nabucodonosor era rey de Babilonia. En ese momento, Joacim se convirtió en su siervo durante un período de tres años, al final, terminó rebelándose.
Por su parte, Dios se encargó de mandar contra Joacim diversas tropas integradas por caldeos, sirios, moabitas, amonitas, entre otros. Ellos, tenían la misión especial de destruir a Judá y a todos sus habitantes, así se dijo que pasaría en las numerosas profecías de los siervos del señor.
El río de Egipto y la herencia de Abraham
El término se vuelve a presentar en los pasajes del Antiguo Testamento en la sección del Génesis 15:18 que nos muestra lo siguiente. 'En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el Éufrates'.
Como podemos apreciar, el río de Egipto forma parte de una promesa de Jehová hacia su siervo. Su descendencia se convertiría en los propietarios de aquellos sitios en los que morarían en compañía de sus familiares. Así se dijo en numerosas profecías en relación con la prole que tendría Abraham con su mujer.