Profanar significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de profanar quiere decir no tener respeto por lo sagrado. Se refiere a ofender y atentar contra algo religioso que tiene un valor simbólico. Esto trae consigo deshonra, en algunos casos se califica un delito.

Vídeo sobre el significado bíblico de Profanar

Su origen hebreo se interpreta como 'hacer común' y 'traspasar un umbral'. Esto indica tornar mundano algo que se ha consagrado para la Santidad y su agrado. Por otra parte, profanar también es sinónimo de ignorar y desconocer la importancia de algún tema.

Entre los ejemplos, está la profanación de templos e iglesias, donde los profanos faltan el respeto al lugar con algún tipo de comportamiento indecente. También si rompen las reglas de trato hacia los objetos bendecidos que se encuentran dentro de la edificación. Infligir daños sobre la propiedad se toma del mismo modo como falta grave.

Es usual que los vándalos se dispongan a profanar cementerios. Suelen realizar actos obscenos como desenterrar cadáveres de la tierra y despojarlos de materiales valiosos con los que pudieron ser enterrados. A lo largo de la historia se registran numerosos hurtos de lápidas o del interior de las tumbas.

Incluso sustracción de los restos humanos como huesos y calaveras se ha convertido en un negocio de mercado negro. Los utilizan para fines de santería, hechicería y brujería de chamanes. Estos desfalcos involucran rituales y promueven actos paganos que aparte de ser delito, disgustan al Señor.

La profanación de las sepulturas es frecuente en el ámbito científico, sobre todo en la medicina y arqueología. Emplean los esqueletos para diversos estudios e investigaciones, que se relacionan a la naturaleza del ser humano. También los antisociales suelen desenterrar cuerpos como mensaje de venganza y poder.

La profanación en la Biblia

En los textos sagrados se indica que el nombre de Dios no debe ser profanado, sino articulado con el adecuado respeto y reverencia. El Santísimo no puede estar en boca de quien jura en vano o da falsos testimonios. Las escrituras enseñan que el día del Señor es de descanso y no debe ser tomado como uno común de trabajo.

En la Biblia hay un famoso relato sobre la profanación del templo de Jerusalén. En este, Jesús observa la casa de Jehová vuelta un mercado, con animales y negociantes comerciando por todo el lugar. Esto le indigna y desata su ira y exige respeto. A manera de parábola se entiende que nuestros cuerpos son también templo a su imagen y semejanza, por tanto, hay que honrarlos con la debida dignidad.

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