Nombrar significado bíblico
Definición. El significado bíblico de nombrar, es acción de mencionar de manera honorífica a alguien o algo que es común o extraordinario.
Al nombrar, se pueden tomar en cuenta eventos, grupos, personas, animales, entre otros. Dentro del contexto bíblico, se hacía referencia a los capítulos que se asocian con la repartición de las tierras o los calificativos otorgados a cada uno de los personajes.
¿Qué sucedió al nombrar a Jesús?
Muchas personas se preguntan respecto a la procedencia del nombre de nuestro señor Jesucristo. Hay que señalar, que los ángeles fueron los que se dedicaron a nombrarle. Ellos transmitieron este mensaje a José y María, así como se señala en los pasajes del libro de Mateo y Lucas.
Al nombrar a Cristo, se pensó en la salvación procedente por parte de Jehová. En arameo, quiere decir Yeshua que se traduce como rescatar, salvar o liberar.
Muchas personas de la época, al nombrar a Jesús, le decían de Nazaret, puesto que esa fue su casa natal durante buena parte de su infancia. Recordemos que este hombre lo envió Dios al mundo con una misión particular.
Al nombrar al salvador de la tierra, damos testimonio de las cosas que formó por nosotros al concedernos la vida eterna. Sin dejar de lado, que enaltecemos sus virtudes y el carácter común que le hizo ser tan aclamado por los pueblos del mundo.
¿Cómo debemos nombrar a Jehová?
En la corriente del cristianismo, no es tan normal nombrar a Jehová en lugar de Dios. Todo ello, se corresponde con las diversas versiones y traducciones bíblicas que implican el mejor calificativo para llamar al señor de las alturas.
Sin embargo, en la revisión de la Reina-Valera 1909, la sociedad sigue realizando el acto de nombrar al creador como Jehová. Se dice que este es el nombre correcto y verdadero que se tiene a lo largo de las escrituras en hebreo.
Nombrar a los jueces
En la época del antiguo testamento, Moisés tenía que nombrar a aquellos personajes que se encargarían de administrar la justicia del pueblo. Por ese tiempo, las personas se le acercaban durante el día y la noche para consultarle todo lo concerniente a Dios.
En este sentido, Moisés necesitaba nombrar jueces que le ayudasen a juzgar, pero a conocer las leyes y las instrucciones del señor. De este modo, no trabajaría ni se agotaría demasiado, esta no era labor que un solo hombre pudiese ejecutar.