Mudo significado bíblico

mudo

Definición. El significado bíblico de mudo, es incapacidad que tienen ciertas personas a la hora de emitir sonidos con sus cuerdas vocales. Todo puede deberse a una discapacidad física, aunque en la época antigua, se relacionaba con una especie de maldición por parte Beelzebu.

La palabra mudo aparece numerosas veces en los pasajes del libro del éxodo, de Ezequías, el de Mateo y hasta en el Nuevo Testamento.

El mudo en la Biblia

La Biblia nos comenta que, por lo general, aquel que era mudo padecía sordera, lo que le impedía comunicarse de manera adecuada con sus semejantes. También se habla de las causas de este tipo de padecimiento. Una de ellas tenía que ver con un castigo que se debía a la incredulidad de los hombres.

Por su parte, se decía que aquel que era un mudo, estaba poseído por múltiples demonios que le ataban y no le dejaban hablar. Existieron otros a los que Jesucristo curó por medio de sus milagros realizados en la tierra.

El mudo espiritual

En Marcos 7:32-35 encontramos lo siguiente 'Y le trajeron un sordo y mudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua. Y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata. Al momento se abrieron sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien'.

El episodio, que relata la historia de este hombre mudo, forma parte de la lista de milagros que efectuó Jesucristo cuando dio su paso por el planeta tierra. Esto nos enseña la forma en la que deben abrirse nuestros oídos para que podamos tener una mejor vida espiritual.

Los que ya dejaron de ser mudos, están lejos del engaño satánico y de las cosas que antes le impedían comunicarse con normalidad. Ahora se convierten en soldados de Cristo que defienden su doctrina en todo momento y causa.

Los milagros de Jesucristo con los mudos

Tal lo refiere el Nuevo Testamento, el único con la capacidad de obrar milagros de la mano de Dios, fue el hombre que se seleccionó para ello y se llamó Jesús. Sólo él tuvo la llave de David y abrió la boca del mudo con la finalidad de que hablase como si nunca nada le hubiese afectado.

En los milagros del señor, vemos que liberó la lengua atada del mudo, no sólo para que pudiese hablar, sino también a la hora de agradecer y alabar de manera clara a Dios.

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