Exorcista significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de exorcista se refiere a la persona que tiene la capacidad de expulsar demonios de cuerpos poseídos. Este debe haber recibido la tercera de las órdenes menores otorgadas por la iglesia que le atribuye el poder de realizar este rito.

Dentro de la iglesia católica, para que un sacerdote realice el rito de exorcismo, debe estar autorizado por el obispo. El ritual ha sido establecido por el Vaticano y allí, se ofrece la preparación a los sacerdotes para ser exorcistas. Pues, los cursos de exorcismo, oración y liberación son dictados por el Vaticano, para que los sacerdotes estén preparados para enfrentar al demonio.

Exorcismo para la expulsión de demonios

En la Biblia encontraremos varios pasajes donde se observa la expulsión de demonios. Siendo los exorcismos más destacados los realizados por el propio Jesús, mientras hacia sus milagros y predicaba la palabra. Por eso, el exorcista debe tener una preparación física y espiritual para ello, pues actuará en nombre de Dios.

Vemos mucha discrepancia entre la existencia de posiciones demoniacas, pues la ciencia, atribuye esto a enfermedades o problemas psicológicos. Por ese motivo, los sacerdotes son bastante cuidadosos al momento de determinar si se está en presencia de un demonio o no.

Pero Dios, a través de su palabra, ha sido muy claro sobre la existencia del demonio y sus trucos. Entonces, para determinar si una persona está poseída, el exorcista debe verificar algunas características:

  • Agresividad y violencia con gran fuerza física.
  • Rechazo hacia Dios y la Virgen María, despreciando la cruz y cualquier símbolo cristiano.
  • Expresiones en diferentes lenguas, con frases llenas de blasfemias e insultos.
  • Imitación de milagros, profanando la figura de Cristo a través de voces que maldicen y blasfeman.
  • Vinculación con algún rito de ocultismo o brujería.

Preparación del exorcista

Es importante deslindar la superstición de las posesiones reales, es necesario que el exorcista aprenda el ritual para la expulsión del demonio. El rito básico reposa en el Nuevo Testamento, pero durante el Concilio de Trento, que se realizó un ritual más completo. Este involucró todos los rituales de exorcismo que existían, siendo actualizado en los años 1952 y 1999, siendo ambos válidos para su uso.

La realización de este rito amerita una gran fortaleza de fe por parte del exorcista, ya que actúa en nombre de nuestro Señor. Con el rito de exorcismo, expondrá al demonio que posee el cuerpo, enseñándole el gran poder de Dios, celebrando su victoria sobre el demonio.

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