Moria significado bíblico

moria

Definición. El significado bíblico de Moria, es nombre de la región que rodeaba el monte en donde Abraham pretendía sacrificar a su hijo Isaac. Allí también se presentaron otros eventos importantes, como la compra de una era en la que se edificó un altar.

Algunos estudiosos de las santas escrituras identifican a Moria con More, cerca de la localidad de Siquem. Sin embargo, sus afirmaciones no son precisas, la etimología de ambas palabras no se corresponde de manera adecuada.

La edificación del altar en Moria

Los pasajes del Génesis revelan a Moria como un sitio que fue parte del llamado de Dios a su siervo Abraham. Jehová le dijo que fuese a su tierra, a la casa de su padre, porque él le bendecirá en gran medida. Además, haría más grande a su descendencia, convirtiéndole en una de las naciones más reconocidas del mundo.

El señor estuvo siempre al lado de Abraham, le aseguró que bendeciría o maldeciría a todos aquellos que le desearan el bien o el mal. Entonces, el siervo se fue de Harán, tomando a Sara su mujer, a sus hermanos e hijos para partir a la tierra de Canaán, aquel lugar prometido del que abundaba leche y miel.

Poco después, Abraham pasó por Siquem, hasta llegar al encino de Moria, en donde permanecían algunos de los cananeos. Jehová volvió a aparecer en su camino, diciéndole que aquel territorio sería parte de la vida de su descendencia.

Es así, como en Moria se edificó un altar conmemorativo, que haría recordar la aparición del creador ante la presencia de Abraham. Luego, plantó su tienda en un monte de Bet-el e invocó el nombre del Altísimo en todo momento.

Sacrificio de Isaac en Moria

En Moria aconteció otro suceso relevante, se trató de la orden de Dios para que Abraham sacrificase a su primogénito. El señor quería probar si su siervo le era fiel, por lo tanto, le dijo que tomara a Isaac y le ofreciera en holocausto sobre uno de los montes que él le indicaría.

El patriarca siguió las órdenes de Dios, enalbardó su asno y tomó consigo la leña, asistiendo con su hijo al lugar indicado que era Moria. Justo cuando iba a realizar el sacrificio, se le apareció un ángel que le dijo que no extendiera su mano sobre el muchacho.

Abraham se sorprendió, pero esta prueba a la que se enfrentó demostró la gran fe que sentía hacia el Dios verdadero.

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