Molada significado bíblico

molada

Definición. El significado bíblico de Molada, es nombre de una de las ciudades que aparece en la lista de Judá y de Simeón en el libro de Josué. Se le menciona, junto con Tolad, Jesúa y Bet-pelet, otros de los lugares que se consideraban de importancia dentro del contexto religioso.

La traducción de Molada significa nacimiento, origen o generación. En cuanto a su localización, lo único que sabemos es que se situaba al este de Beerseba. No conocemos más detallas proporcionados por la Biblia que nos permitan adentrarnos más en su paradero.

Molada y las ciudades de Judá

Una de las referencias más sobresalientes que se tiene sobre la ciudad de Molada, es que fue parte de la heredad de la tribu de los hijos de Judá, de acuerdo a sus familias. Se encontraba en el extremo sur hacia la frontera de Edom y contaban con terrenos bastante amplios en los que era posible cultivar y hacer convivir al ganado.

Molada se menciona entonces junto con otros sitios, en el caso de Cabseel, Cina, Dimona, Adada, Hezrón o Horma. De ese grupo se contó un total de veintinueve, cada una con sus aldeas.

Hay que destacar que Molada fue parte también del conjunto de otras ciudades que se posicionaron a lo largo de las llanuras o las montañas. Sin dejar de omitir al desierto, un lugar en el que se registraron seis territorios con sus aldeas.

El capítulo también nos revela que los hijos de Judá que se insertaron en Molada, no pudieron expulsar a los jebuseos que habitaban en Jerusalén.  Esta es la razón por la que permanecieron con ellos y vivieron hasta el día de hoy.

Molada y los lugares habitados fuera de Jerusalén

En el capítulo 11 del libro de Nehemías, encontramos otra referencia bastante clara en cuanto a la ciudad de Molada. Resulta que este fue uno de los sitios que los israelitas habitaron fuera de Jerusalén.

Por aquella época, los jefes del pueblo decidieron morar en la ciudad santa que era la de Jerusalén. Existió cierto conflicto, ya que no todos los israelitas querían permanecer allí, dado que deseaban extenderse hacia otras latitudes más lejanas.

En ese sentido, los del pueblo tuvieron que echar suertes para decidir si iban a vivir en Jerusalén o en sitios en el caso de Molada. A los que se quedaron de manera voluntaria en la ciudad santa, se les bendijo en gran medida por su sabia decisión.

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