Minerales de la biblia significado bíblico

minerales de la biblia

Definición. El significado bíblico de minerales de la Biblia, es especie de metal, elemento o piedras preciosas como el ágata, amatista, cal, oro, hierro, azufre, pedernal o berilo. Para la época antigua era muy complejo el estudio de la mineralogía, por eso, tales nombres fueron otorgándose en etapas más avanzadas de la civilización.

Es posible que el empleo de los minerales de la Biblia no fuese el mismo que se les da en la actualidad. La razón es que los personajes antiguos no poseían la tecnología o los conocimientos necesarios para ello.

Aparición de los primeros minerales de la Biblia

Desde los tiempos antiguos los hombres conviven con los minerales de la Biblia, distinguiendo a las piedras preciosas por la razón de que sobresalen debido a su belleza. Las primeras referencias podemos apreciarlas en los pasajes del libro del Génesis, allí se afirma que Havilá es un territorio colmado de oro, ónice y otros elementos.

En cuanto a la posesión de los minerales de la Biblia, parece ser que solo los reyes más poderosos podían adquirirlos. Tal es el caso de Salomón o Ezequías que adornaban sus templos con piedras relucientes. Sin omitir, que las empleaban en forma de presentes o como parte de los botines de guerra, también en las diversas actividades comerciales que representaban la soberanía de los pueblos.

Por otro lado, los hebreos sabían cómo grabar las piedras preciosas antes de que entraran en la esclavitud de Egipto. Las herramientas que más se emplearon fueron el esmeril o su polvo que les servía en las tareas de tallado.

La relación de los minerales de la Biblia en el contexto sagrado

Los minerales de la Biblia se asociaban con los rituales y la adoración que se llevaba a cabo a través de los oficios en el tabernáculo. Allí se disponían diversos objetos de mucho valor que de igual modo eran indispensables en la confección del efod o de los pectorales del sumo sacerdote.

Los artículos religiosos provenían de los minerales, incluso, llegaron a tallarse piedras preciosas con el nombre de cada una de las doce tribus de Israel. Los materiales que se destinarían a la construcción del templo de Jerusalén sobresalían por su belleza, no obstante, los más aclamados fueron el oro, la esmeralda, el zafiro o el rubí.

Es preciso decir que los minerales de la Biblia tienen una relación espiritual con las virtudes y las cualidades de los hombres. Pues, Dios nos dice que en su reino seremos perfectos, colmados de sabiduría y con acabados de hermosura.

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