Mesa significado bíblico

mesa

Definición. El significado bíblico de mesa, es un soporte que servía al colocar los alimentos u objetos sobre una superficie plana, sólida y estable. Estaba hecha de madera u otros materiales y algunas se recubrían con oro o piedras preciosas cuando formaban parte importante del tabernáculo.

Vídeo sobre el significado bíblico de Mesa

En los lugares santos, las mesas eran ideales al situar los panes de la proposición, platos, cucharas y tazones. Además, era normal colocar incienso u objetos similares con el propósito de llevar a cabo las ofrendas.

Mientras que, en el desierto, las personas empleaban la mesa como mueble de metal o de madera y constituía un elemento funcional y decorativo parte del mobiliario de las viviendas. De lo contrario, tenían que tender un tejido sobre el suelo que les facilitara colocar sus alimentos del día a día.

La mesa servía como elemento no solo para comer, sino también en los altares o lugares de culto en donde la mayoría de las veces se realizaban promesas paganas. Un acto que era desagradable ante la vista del Señor. Aunque, el vocablo también hace alusión a los cambistas que ejercían funciones relacionadas con el dinero y los bancos.

Mesa en sentido figurado

Por su parte, el término mesa es muy importante dentro del cristianismo. Ya que, reconoce la autoridad de Jesús y es el centro de congregación que representa su cuerpo. Como bien lo estableció pocos días antes de su muerte al reunirse con los apóstoles.

Asimismo, cuando las personas se sentaban a la mesa, ocupaban roles diferentes. Siendo así, que la cabecera la usara algún personaje relevante. De hecho, Jesús les dijo a sus apóstoles en forma de parábola que no se sentaran en los mejores lugares porque podría haber invitados que les quitaran su puesto, haciendo mención a la humildad y modestia que debían caracterizar sus actos.

Cabe destacar, que quienes participaban en la mesa del Señor, eran cristianos puros y de buen corazón. Las personas que cometían actos de impunidad o ritos paganos, no solían ser bienvenidas a participar porque esto se consideraba un privilegio y no todos podían estar cerca de Jesús.

Así pues, la mesa se veía como una especie de lugar sagrado ante la presencia de Dios y que aceptaba a Jesús como una figura de autoridad. Los fieles que seguían sus normas y estatutos, se recompensaban con abundantes bendiciones y alimentos que colmarían sus mesas para que nunca faltara el pan.

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