Meni significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Meni, es nombre que se le otorgó a una de las falsas deidades que llegaron a adorar el pueblo de los israelitas. Se le menciona junto con Gad en el libro de Isaías, por eso, se cree que su traducción tiene relación con la buena fortuna o suerte.
Es posible que al rendirle culto a Meni, se colocarán mesas o se llenarán las copas en un acto de alabanza. El nombre de tal deidad no se registra como tal en los panteones de asiria o en la región de Babilonia. Sin embargo, hay inscripciones grecolatinas que le podrían citar junto con un altar.
Algunos estudiosos suelen identificar a Meni con Manu, otra de las deidades que se solía adorar en la localidad de Asur. Las traducciones de estos términos se refieren a divinidades semíticas, cuya información no es tan precisa.
Vídeo sobre el significado bíblico de Meni
https://www.youtube.com/watch?v=gVzGtqBbCLw
Culto a Meni
En la actualidad, no se sabe con certeza si Meni fue una deidad masculina o femenina, pero suele relacionarse con una diosa llamada Manât. Este fue un ídolo que se representó a través de una gran piedra a la que le rindieron culto los árabes de la región preislámica. Suele mencionarse en el Corán y en otros fragmentos de carácter religioso.
La diosa, que se relaciona con Meni, también aparece en inscripciones antiguas de origen nabateo. Estas cosas nos demuestran que esta deidad contó con diversas menciones en la literatura, sin embargo, ninguna de ellas se confirma hasta la fecha.
La personificación de Meni es tardía y su significado, que quiere decir destino, se incluyó en algunos textos hebreos como en los pasajes de Isaías. Es bastante probable que la adoración a esta divinidad en la Judá postexílica, se asocie con las migraciones de los árabes nabateos o con el conjunto de los llamados edomitas.
Castigo de Jehová a la adoración a Meni
Las alabanzas que se rinden a otras deidades que no son el Dios verdadero, se castigan como lo dice la Biblia. Aquellos que son infieles y que miran a Meni y no a Jehová por ser el creador del universo, tendrán que enfrentarse a un juicio bastante severo.
Recordemos que el Altísimo enseñó la importancia de no rendir culto a otros dioses delante de él. Por esa época, no debían hacerse más ídolos que tuviesen semejanza alguna con lo que estaba arriba en el cielo. Tampoco se les adoraría ni serviría, bajo ninguna circunstancia.