Jeremías significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Jeremías es el nombre con el que se conoce a uno de los mayores profetas de Dios.

El término Jeremías aparece en la Biblia en muchas ocasiones para mencionar a un hombre portador de este nombre. Pues, hay varios personajes bíblicos que los nombraron de tal manera. Sin embargo, del que más se habla y se conoce es del vidente Jeremías. Quien además tiene su propio libro dentro de las sagradas escrituras.

Profeta Jeremías

Jeremías nació en Anatot muy cerca de la ciudad de Jerusalén, fue hijo de un sacerdote apodado Hilícias. Fue llamado a temprana edad al servicio de Dios y a ser su profeta, por esta razón es que este nombre significa exaltado o levantado por Jesucristo.

Es el escritor del libro de Jeremías en donde relata de manera autobiográfica los hechos de su vida. De igual modo, se le atribuye haber escrito el libro de las Lamentaciones y el libro de los Reyes.

La gran profecía de Jeremías fue que previno a la aldea de la destrucción de Jerusalén y esclavización por los pueblos del norte. Por lo que llamaba a la población y en especial a los gobernantes de Judá a que se arrepintieran de sus actos y de haberse separado de las leyes de Dios.

Este personaje vivió una vida dura y de persecución por sus profecías, ya que los monarcas creían que era un espía de los Babilonios. Debido a que en este tiempo, los reyes Joaquín y Sedecías habían impuesto el paganismo, además de la corrupción. Los Príncipes de Judá protegían a Jeremías, entre ellos estaba Ahicam.

Así pues, aparte de ver y soportar el sufrimiento y castigo de los israelitas, tuvo que sufrir penas propias. De tal manera que recibió caza, azotes y abandono en estanques, además de ser encerrado y encarcelado en mazmorras.

Jeremías y los Babilonios

En una oportunidad, Jeremías instó a que se liberaran a los esclavos como muestra de una conversión a la fe. Los reyes acataron en principio, pero luego esclavizaron de nuevo a los libertos, a lo que Jeremías dijo que el sello del destino.

En este momento profetizó la derrota de Judea, así como la destrucción de Babilonia en el futuro. Años más tarde se cumplió la primera de ellas y los babilonios esclavizaron a personas y destruyeron el templo de Jerusalén.

Jeremías salió de la cárcel y lo llevaron al reino, por lo que muchos dijeron que sí era espía.

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