Jaquinitas significado bíblico

jaquinitas

Definición. El significado bíblico de jaquinitas, son descendientes que integraron el núcleo familiar de un hombre de la antigüedad llamado Jaquín. Este fue hijo de Simeón y se le clasificó en el libro de los números junto con los moabitas, nemielitas o jaminitas.

Los jaquinitas en el censo del pueblo en Moab

Después de la mortandad, el señor le habló a Moisés y a Eleazar para pedirle que tomaran el censo de toda la congregación de los hijos de Israel. Estos varones tenían que contar con veinte años de edad en adelante con la finalidad de que pudiesen salir a la guerra. Es ese capítulo que se nos describe la casa de los padres de los jaquinitas.

En este acontecimiento, que involucró a los jaquinitas y a los demás miembros de las tribus, se les pidió que escucharan la palabra de los siervos de Dios en los campos de Moab, junto al Jordán. Una vez ahí, se tomó registro de los hijos de Rubén, sobresaliendo así las familias de los enoquitas, faluitas, hezronitas, etc., el total fue de cuarenta y tres mil setecientos treinta.

Ahora bien, los jaquinitas, nemuelitas, jaminitas, zeraítas y los saulitas pertenecen a la genealogía de Nemuel, hijo de Simeón. Entre todos ellos se contaron veintidós mil doscientos hombres listos para enfrentarse con sus enemigos en la batalla. De tal modo siguieron anotándose los nombres de las familias de Gad, Judá o Isacar.

Importancia de los jaquinitas en la Biblia

Los jaquinitas forman parte relevante de las escrituras porque integraron el censo del pueblo el día que Dios lo mandó, fueron un claro ejemplo del respeto y la obediencia ante sus órdenes. Gracias a ello, permanecieron en el paso del tiempo, registrándose dentro de las familias y las tribus que constituyeron a los integrantes del pueblo de Israel.

Se debe tener en consideración que los jaquinitas y los demás que se distribuyeron, prescriben la regla general de la equidad para todos los hombres, niños y mujeres. Tales cosas se tomaron en cuenta cuando fueron a repartirse las tierras y heredades dadas por medio de la promesa del Altísimo a los antecesores de estas personas.

La providencia de Dios hizo que las familias se sintieran plenas y satisfechas, no quedando sometidos a la sentencia de nadie más. Ellos entrarían en la tierra prometida sin problema, porque a todos se les censó y registró dando cumplimiento a los designios del señor.

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