Hipócrita significado bíblico

hipocrita

Definición. El significado bíblico de hipócrita es aquella persona que sus dichos no van en consonancia con sus acciones. Es decir, es alguien que finge ser lo que no es. Esta actitud era muy común desde el principio de la historia de la humanidad. En la Biblia siempre se le menciona con acciones que desagradan a Dios.

Usos del término Hipócrita en el Nuevo y Antiguo Testamento

En las escrituras hebreas se relaciona esta palabra con adjetivos como profano, inicuos, malhechores, malvados, perversos o impíos. Incluso los falsos amigos Job hicieron referencia a ella, cuando trataban de explicar por qué el hombre pasaba tantos tormentos. Ellos argumentaban que era un hipócrita que no hacia lo que era a los ojos de Dios y por eso lo estaba castigando.

En cuanto al Nuevo Testamento, se evidencia que Jesús la utilizó muchas veces, en especial al dirigirse con a los escribas y fariseos. En esa época, los romanos y los griegos que actuaban en los teatros, empleaban mascaras con unas adaptaciones para amplificar la voz. Es por esto, que la palabra hipócrita se relaciona con este oficio, porque se fingía situaciones no reales.

También era común, que se empleara para calificar a una persona traidora o infiel. La razón era porque estas aparentaban una cosa, cuando en realidad tramaban algo muy distinto. Las personas hipócritas necesitaban ser muy astutas, si querían engañar a los demás. Esto los calificaba como seguidores de Satanás.

¿Por que les llamaban hipócritas a los fariseos y escribas?

Estos religiosos acostumbraban a orar y ayunar delante de los demás. Además, exhibían sus donaciones al templo y aparentaban una supuesta rectitud para simular que eran mejores que todos. Es por eso, que Jesús les dijo que ellos veían la paja en el ojo ajeno, pero no se percataban de la viga en los suyos.

Con este comentario, les quiso decir que se fijaban en los pequeños errores o defectos que tenían las personas humildes, aunque los suyos eran más grandes. Además, ellos afirmaban conocer muy bien las escrituras. Sin embargo, no fueron capaces de determinar que Jesús era el Mesías prometido.

No conforme con esto, lo veían como un rival que debían eliminar a toda costa. Eso los llevó en muchas ocasiones a buscar la manera de entramparlo. Un día, asignaron a uno de sus partidarios para que le preguntara al Cristo si se debía pagar los impuestos romanos. Como él conocía las intenciones, los llamó hipócritas por pretender ponerlo a prueba.

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