Dedo significado bíblico
Definición. El significado bíblico de dedo, es parte del cuerpo humano o de ciertos animales que se encuentra en las zonas de las manos y pies. Conforma las extremidades y varía de tamaño dependiendo de la consistencia física de cada persona.
El dedo y otras zonas recubiertas por piel, podían afectarse por varias enfermedades, una de las más notorias fue la gangrena. Se trataba de la muerte del tejido debido a la falta de flujo sanguíneo y podía causar infecciones severas que los antiguos no sabían como curar con precisión en su época.
Por otra parte, la palabra dedo se emplea al denotar medidas de longitud en la construcción de las obras. Servía para nombrar la cuenta de las labores o determinar el ancho aproximado de una cosa.
Dedo en el contexto sagrado
El término dedo solía mencionarse como señal de autoridad de la palabra y el poder del Señor. Esto lo vemos en los pasajes del libro de Levítico, donde se dice que el sacerdote tomará de la sangre de la expiación y la colocará en los cuernos que se ubicaban en el altar de sacrificios. Tales cosas solo podían hacerlas los que tenían una amplia relación espiritual con Dios.
En la gran mayoría de los casos, se mencionaba el dedo en las ofrendas por el perdón de los pecados. Jehová instauró tal modalidad diciendo a Moisés que cuando sus hijos cometieran actos impuros, tenían la capacidad de reivindicarse con los sacrificios de la expiación. Esto ocurría en el tabernáculo de reunión delante de la presencia del Creador.
Cuando las personas del pueblo pecaban por yerro, tenían que traer por ofrenda una cabra sin defecto, colocando su mano encima de la cabeza. Enseguida, procedía a degollarla en el lugar santo del holocausto. Para culminar, el sacerdote pasaba su dedo sobre la sangre y la colocaba en los cuernos del altar, con ello, los pecados se borrarían del corazón de los hombres.
Simbolismo bíblico del dedo
El dedo no solo se usó en la adoración y en las ofrendas expiatorias, sino también en representaciones de la mano y el brazo de Dios. Cuando la Biblia menciona tales extremidades, se refiere a la capacidad y el poder que tiene para obrar cosas grandes.
En el libro de los Salmos vemos que los cielos son obra del dedo de Jehová, ello nos enseña la importancia de su creación en la tierra. De hecho, Jesucristo pudo efectuar toda clase de milagros y expulsar demonios en el nombre del Señor.