Carmelo significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Carmelo es obra de Dios. Este era el nombre de una montaña y una ciudad. Algunos estudiosos opinan que el término original, en hebreo, se refiere a un huerto debido a su belleza y la vegetación abundante. Este lugar le llegó a pertenecer al pueblo de Israel, una vez que conquistaron la tierra prometida.

Vídeo sobre el significado bíblico de Carmelo

¿Qué características resaltan del Monte Carmelo?

La forma de trinchera que tiene esta montaña, la convertía en una barricada natural a las caravanas que necesitaban transitar por la zona. En especial para los que tenían como destino o punto de salida la región egipcia. Es por eso, que cuando los israelitas cruzaron el mar Rojo, se dirigieron a este sitio.

En las laderas orientales del Carmelo existía una densa vegetación entre árboles y arbustos. Además, tenían una inclinación muy empinada, por lo que era muy difícil atravesarlo. Por eso, los ejércitos no se atrevían a cruzarlo, por miedo a perder tiempo o quedar atrapados.

En cierta zona entre la colina y mar había una franja estrecha; sin embargo, tenía la desventaja que quienes la tomaran quedaban expuestos y vulnerables. Incluso para dar con esa zona, implicaba rodear el monte invirtiendo una gran cantidad de horas valiosas.

Por otro lado, el Carmelo se destacaba por ser una región fértil, similar al Líbano y Basán. El rey Uzías, a quien le apasionaba la agricultura, tenía trabajadores en ese campo. Algunos arqueólogos han encontrado restos de los materiales de las prensas, con las que se elaboraba el vino y el aceite.

¿Por qué la gente huía al Carmelo?

Esta zona era poco poblada, ya que por lo general se utilizaba para la agricultura y cría de animales. Sin embargo, cuando los habitantes de los alrededores se encontraban en peligro, llegaban hasta esta parte. Su objetivo era refugiarse en algunas de sus cuevas o entre la densa vegetación.

En el Carmelo ocurrieron hechos relevantes mencionados en las santas escrituras. Por ejemplo, cuando Elías desafío al rey Acab, se reunieron en las laderas de la montaña. En esa oportunidad Dios, les demostró su poder antes las deidades inútiles. Luego, Elias tuvo que esconderse de Acab yendo al valle Querit.

También, fue allí donde el profeta le oró a Jehová para que terminara la sequía de tres años y medio que sufrió el pueblo. Por su parte, Eliseo, el sucesor del profeta, estaba en esta zona cuando la mujer de Sunem lo buscó para que la ayudara con su hijo que había muerto.

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