Corredor significado bíblico

corredor significado biblico

Definición. El significado bíblico de corredor es la traducción directa del hebreo rahat. En otros pasajes se le ve relacionado a dicho término con las palabras 'camino', 'viaje', 'vestíbulo', y 'atrio'. El concepto de 'Corredor' proviene de 'los veloces correos de a pie', estos eran los siervos que corrían por delante de los carros de una persona importante.

La palabra corredor traduce una figura participial del vocablo hebreo 'Ruts' que significa de forma directa 'correr'. Otros textos lo llegan a trasladar como 'infante', 'peatón', 'guardia'; sin embargo, existía otra expresión mucho más eficaz y concisa para dar referencia a 'hombre de a pie' y esta es 'rahg-lí', o escrito en su figuración compleja isch rahg-lí.

Corredor o corredores en plural puede referirse a muchas cosas, así lo era el señalar personas muy rápidas como Asahel, hermano de Johab. También de mensajeros rápidos como Ahimáaz, hijo de Sadoc. Se relata que en una ocasión Elías, un correo de a pie, alcanzo una velocidad de 30 km/h, ya hecho un viaje previo desde Carmelo hasta Jezreel para pasar el carro del rey Acab. Aunque se especula que tal hazaña fue lograda, ya que Jehová intercedió sobre las cualidades físicas de Elías.

Propósito oficial de los corredores

El sentido o realidad común de todo, era la selección de hombres con una gran capacidad para alcanzar altas velocidades a pie. Estos sujetos, escogidos por personalidades destacadas (de la realeza por lo habitual) para presentarse por delante de sus transporta, tanto de mensajeros, y también de protección. Se cuenta que cuando se armó la conspiración de usurpación de la gobernación, Absolom y Adonias, requirieron del uso de 50 sujetos de a pie, para lograr dignificación y prestigio al plan que estaban llevando a cabo.

Los corredores también ejercían rol de guardaespaldas del rey, una función que hoy en día sería comparada con la tarea que hacen los guardias reales. Esta labor la cumplían ubicándose en la casa del rey, y tenían la obligación de prestar compañía en su viaje, desde sus aposentos, hasta el templo donde ejecutaban su trabajo de reyes.

Como ya antes se había mencionado, también eran los responsables de llevar los mensajes del rey, cada una de estas tareas se cumplían al orden de la letra por los mismos, y todo solo a pie. Con el pasar el tiempo esta especie de cargos fueron desapareciendo, renovándose. En la época del rey persa Asuero, los nombrados hombres de a pie, cambiaron por jinetes con veloces caballos.

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