Cardos y espinas significado bíblico
Definición. El significado bíblico de cardos y espinas, es planta que se encontraba en abundancia en Palestina, así como en diversos territorios sacros. Se trató de una flora sobresaliente que se mencionaba junto con otras hierbas y pequeños arbustos que poseían espinas.
De manera similar a los cardos y espinas, en la Biblia se hace referencia a los abrojos y demás hierbas que era común conseguir en el camino. En muchas ocasiones, Jehová se refería a ellas en sentido metafórico, con la finalidad de expresar el castigo para aquellos que desobedecieron a sus órdenes.
Cabe destacar, que los cardos y espinas poseían cabezuelas que podían ser peligrosas si entraban en contacto con la piel de los seres humanos. Hay estudiosos que realizan comparaciones con la corona que se le colocó a Jesucristo en su camino hacia el calvario.
Cardos y espinos en las sagradas escrituras
En la Biblia, las menciones de los cardos y espinas son varias. Una de las más difundidas es aquella que le describe como una especie de la familia de las compuestas que contaba con vastas ramas. Se trató de una planta capaz de alcanzar un metro de altura y cuyas hojas, eran de gran tamaño.
Los cardos y espinas, como plantas de la antigüedad, se mencionan junto con otros arbustos, por ejemplo, la zarza que contaba con numerosos tallos y flores blancas o los abrojos. Estos últimos tenían fuertes púas que eran perjudiciales para las personas que le sembraban.
Aunque la utilidad de muchas de estas plantas como los cardos y espinas no fue tan práctica, igual se les menciona múltiples veces dentro de los pasajes bíblicos. Sobre todo, por integrar parte relevante de la creación de Dios.
Cardos y espinas en el viejo testamento
En el libro del Génesis hay una referencia clara sobre los cardos y espinas. Estos se producirían en las tierras que sembrara Adán luego de cometer su desobediencia al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Podríamos afirmar que el primer hombre que pisó la tierra, recibió el castigo de cosechar cardos y espinas, en vez de frutos abundantes con los cuales alimentar a su familia. Sin embargo, esto podría tratarse de un simbolismo referente a los hijos que le nacerían a Adán.
Recordemos que el primero en venir al mundo fue Caín, este se dedicó a labrar la tierra y quería ser grato para el padre celestial. No obstante, cometió el pecado de darle muerte a Abel, porque contó con la maldición que Dios pronunció para su padre, Adán.