Boxeo significado bíblico

boxeo

Definición. El significado bíblico de boxeo, es deporte que obedece a ciertas reglas en donde dos personas se enfrentan una a otra a través de la lucha. Se trata de una actividad relacionada con los juegos que realizaban los hombres y mujeres con la finalidad de competir o divertirse entre ellos.

Quienes practican boxeo suelen tener sus manos enfundadas en guantes hechos a partir de materiales especializados que les resguardan. Por lo general, se compite en la misma categoría, se practica sobre un cuadrilátero contando con varios asaltos. La duración de cada uno consta de tres o cuatro minutos.

En el boxeo quien gana es aquel capaz de derribar a su oponente, causando que caiga al suelo y que no pueda levantarse. Las secuencias de lucha siguen un patrón o ciertas reglas que se aplican por medio del árbitro, quien está pendiente de cada uno de los movimientos de los oponentes.

La disciplina del boxeo en la Biblia

El boxeo es un deporte que implica contacto físico, acción y energía por parte de los participantes involucrados en las competencias. Como podemos observar, aquí se implica la violencia de los hombres, quienes son sus principales practicantes. La gran mayoría de las veces, se lleva a cabo de manera profesional, a un nivel más elevado.

La palabra de Dios nos enseña el amor por los demás, lo que implica hacer el bien a nuestro prójimo, mostrando respeto, bondad o sentimientos de empatía. Estas cosas se manifiestan a través de las obras que realizamos, por lo tanto, el boxeo no es una actividad del todo agradable ante los ojos del señor.

Los pasajes del libro de Mateo nos indican que debemos tratar a los demás del modo en que nos gustaría que lo hicieran con nosotros mismos. Además, el cuerpo posee valor para Dios, puesto que, le hizo a su imagen y semejanza, cada miembro tiene que cuidarse, cosa que no ocurre en la disciplina del boxeo.

En los escritos de corintios se dice que los hombres no deben destruir su cuerpo, porque es el templo en el que habita Dios, se considera santo. En este sentido, el boxeo no es capaz de glorificar al señor, pues, invitan al hombre a alejar su mirada de la palabra.

Cada creyente debe velar por lo que hace, siendo consciente de lo que edifica y empleando en todo momento su libre albedrío. Sus acciones traerán consecuencias o repercusiones en su vida.

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