Bet-anat significado bíblico

bet anat

Definición. El significado bíblico de Bet-anat, es una villa que se localizó dentro de la demarcación de Neftalí. En cuanto a su territorio, se sabe que estaba cerca de Horem y Bet-semes. Mientras que, la mayoría de sus registros se nos muestran en el libro de Josué.

Por otra parte, algunos estudiosos refieren que en Bet-anat se llevaban a cabo prácticas paganas en donde sobresalía la adoración a una diosa llamada Anat de origen cananeo. Ya que, fue un lugar propicio para la edificación de santuarios en su honor.

Vídeo sobre el significado bíblico de Bet-anat

Es por esta razón, que el término proviene del hebreo Bêth-Anâth que en español se traduce como casa o templo de Anat. Además, algunas inscripciones antiguas nos muestran tal nombre a la par de otros importantes para la época.

Bet-anat y los del territorio de Neftalí

Cuando hablamos del distrito de Neftalí, nos referimos a la parte que les perteneció a los de la tribu que contaba con el mismo nombre.

Este fue uno de los clanes de Israel a quienes se les legó ciertas ciudades, en las que figuran Sidín, Adamá, Cedes, Jazor, entre otras.

Asimismo, a los de Neftalí también se les asignó pueblos y en total se contaron hasta diecinueve con todas sus poblaciones. Es aquí, en donde sobresale la relevancia de Bet-anat y la herencia procedente de la voluntad del Altísimo.

Bet-anat y las ciudades de refugio

En aquellos tiempos, tanto a Bet-anat como a otros lugares, se les llamaba pueblos de refugio. Tal mandato se llevó a cabo de la mano de Josué, porque Dios le habló y le dijo que obedeciera los decretos que ordenó por medio de Moisés.

De este modo, cualquiera que fuese hijo de Dios y cometiera pecado de manera accidental, podría acudir a Bet-anat con el propósito de salvarse. Ya que, por aquella época, el castigo por los crímenes que se cometían en otras zonas se pagaba con la muerte.

Por supuesto que, era fundamental que el acusado presentara su caso ante los sabios o ancianos de ciudades como Bet-anat que se congregaban. De este modo, si se les aceptaba, podrían contar con un lugar en el cual permanecer durante el tiempo que lo requirieran.

En tanto que, si la persona que deseaba vengarse acudía a Bet-anat para tomar cartas en el asunto, ni los ancianos ni ningún otro miembro del pueblo tendrían derecho de entregarle.

Sobre todo, si su caso ya estaba claro por parte de las autoridades que se concentraban en asambleas a la hora de estudiar los sucesos.

Subir