Adama significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Adama, es ciudad fortificada en la tierra de Neftalí, que se situaba en el noreste de Galilea. Por su parte, también se afirma que perteneció a la Pentápolis de Palestina, en donde circundaba con otras cuatro ciudades, como Sodoma y Gomorra.

Cada una de estas cinco ciudades, incluyendo a Adama, se situaban cerca del Mar Muerto y allí se establecieron varios personajes importantes de la Biblia como el sobrino de Abraham, llamado Lot.

Vídeo sobre el significado bíblico de Adama

Sin embargo, tanto Sodoma como Gomorra fueron castigadas por el Señor. Ya que, sus habitantes vivían en el pecado y no estaban dispuestos a redimirse. En medio de tanta maldad, Dios decidió destruirlas, no sin antes comentarle su plan a Abraham con la ayuda de tres ángeles.

Así pues, aunque Lot pudo escoger otro lugar en el cual vivir como Adama, zeboím o segor, prefirió establecerse en Sodoma, porque pensaba que era tierra fértil. Pero, ante las atrocidades de sus ciudadanos y la iniquidad de sus almas, Dios no tuvo más remedio que destruirla por completo. Eso sí, asegurándose de que sus habitantes no demostraban solución alguna.

¿Jehová perdonó a la ciudad de Adama?

Sabemos que el Señor le tenía gran cariño a Abraham, y este amaba mucho a su familia, incluyendo a su sobrino Lot. Es por ello, que intercedió por ellos, negociando la liberación de los justos que se encontraran en Sodoma y Gomorra o en las ciudades circundantes, como lo es el caso de Adama.

Es por ello, que los justos que vivían en Adama salieron ilesos de la destrucción. Pues, sus corazones estaban abiertos a arrepentirse ante la mirada del Señor. En tanto que, dentro de los habitantes de Sodoma y Gomorra, no existían ni siquiera 10 justos a los que pudiera salvar.

A diferencia de, aquellos que reconocieron sus pecados ante el Señor en Adama, como lo relata 1 Juan 1:9 en las sagradas escrituras, 'Si confiesan sus pecados, Dios, que es fiel y justo, los perdonará y les limpiará de todas las impurezas y la maldad que hay en el mundo.'

Y es que, los únicos que no heredarán el reino de los cielos son los fornicarios, los adúlteros, los ladrones y los idólatras. El perdón de Dios es completo y así como salvó a los habitantes de Adama, hará lo mismo con cualquiera de sus hijos que deseen ser santificados a través de la redición de sus actos.

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