Sunamita significado bíblico

sunamita hijo

Definición. El significado bíblico de sunamita proviene del hebreo 'shûnammîth', y traduce a 'una habitante de Sunem'. Esta joven también se conoce como aquella que cuidaba de David en su vejez. Además, se sabe que era una mujer pudiente de la época en Sunem y expresó bastante amabilidad hacia el profeta Eliseo. En recompensa, este prometió a ella que Dios le otorgaría un hijo, luego, cuando el niño fallece, él lo resucita.

Vídeo sobre el significado bíblico de Sunamita

Se dice que en épocas después, a causa de una fuerte hambruna, la sunamita se fue de Israel. Mientras se hallaba en el exilio, su propiedad fue usurpada por alguien más, sin embargo, se la restituyeron por orden directa del rey. Tal suceso resultó de la influencia de su vivencia con el profeta. Se sabía que en épocas anteriores la mujer le había dado posada y alimento, y a cambio él logró hacer dos milagros para ella.

La historia del hijo de la sunamita y Eliseo

En el Segundo Libro de los Reyes se consigue la lectura de su heredero, la cual se usa en sesiones funerarias cristianas. Desde el versículo 8 se relata cómo una mujer acomodada de Sunem reconoce la santidad del profeta Eliseo y le ofrece acogida en su casa. Esto debido a sus constantes viajes por el territorio, luego, acude a su mediación milagrosa con Dios para poder tener descendencia. Esta surge como concepción de un hijo que nacería un año después.

Aparece en el versículo 18 que el crío de la sunamita ha crecido y en compañía de su padre, observando los trabajos, desarrolla una cefalea. Fue repentina acompañada de un deterioro grave de su mente, tanto así que termina muriendo. De manera resumida esto narra: ‘Al bebé crecer, sucedió un día que fue donde estaban su padre y los segadores’. ‘El niño se quejó a su papá: ¡Mi cabeza! Y el dijo a su criado que lo trasladara a su madre’

Narra que él obedeció llevándolo a la sunamita, el niño se recostó en sus piernas hasta mediodía y luego falleció. Al Eliseo llegar a la casa y encontrar esta situación, se dice pasó, cerró la puerta detrás de ellos dos y oró a Dios. A continuación se encimó en el infante, con la vista, la boca y manos sobre los suyos. Así el cuerpo del niño entró en calor, estornudó y abrió sus ojos, entonces la sunamita tomó a su hijo y salió.

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