Segub significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Segub, es nombre de dos varones que figuran dentro del registro de las sagradas escrituras. La traducción del término quiere decir aquel que se eleva, se fortifica o se levanta.
El hijo de Hezrón llamado Segub
En primer lugar, el nombre Segub le correspondió a uno de los descendientes directos de Hezrón, por medio de Maquir. Este fue el padre de Galaad y a su hija la tomó contando con sesenta años de edad.
En la cronología de Judá, se nos dice que ese Segub engendró a Jair. Este tuvo en su poder un total de veintitrés ciudades en la tierra de Galaad. Tanto él como sus hermanos fueron hijos de Maquir. Todos estos varones se relacionaron con la tribu de Judá y se enumeraron por una importante razón.
Recordemos que, los exiliados que retornaron a sus ciudades de origen aparecen dentro de las cronologías, no se omite ningún detalle de sus familias. Las tierras que ocuparon fueron las mismas que se repartieron a modo de heredad a los israelitas.
Segub, el hijo menor de Jiel
En 1 Reyes 16:34 podemos ver la siguiente referencia bíblica en torno a nuestro personaje 'En su tiempo Jiell de Bet-el reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento, y de Segub su descendiente menor puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová habló por Josué hijo de Nun.'
Es posible apreciar que el hijo de Jiel llamado Segub murió, apenas su padre decidió asentar las puertas de Jericó, tal y como se establece en el pasaje bíblico. Su desobediencia a Jehová no pasó desapercibida.
Segub y la maldición de Josué
El padre de Segub dio cumplimiento a una de las maldiciones que Josué dictó a través de un juramento. El decretó miles de cosas malas destinadas a todo aquel hombre que se levantara y reedificara a la ciudad de Jericó. Sobre sus primogénitos se echarían sus cimientos y las puertas se asentarían encima del menor.
En aquellos tiempos, Dios decidió destruir a esta ciudad, por eso nadie podría reedificarla desobedeciendo sus estatutos. Segub tuvo que enfrentarse a un terrible destino, dadas las palabras de aborrecimiento y muerte para todo aquel que borrara de su memoria las cosas que el señor hizo en la tierra.
La venganza de Segub se realizó en forma de maldición, él tuvo que pagar por los pecados y la iniquidad de su progenitor. La única seguridad que tenemos ahora, es confiar en Jesús y no apoyarnos en cosas del pasado que pongan en riesgo la salvación eterna.