Secacá significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Secacá es cubrir u ocultar. Este era un lugar que se ubicaba en Canaán el cual los Israelitas tomaron. Esta se le asignó a uno de los guerreros del pueblo que conquistaron la tierra prometida. Ese hombre formó parte de los doce espías que envió Moisés a inspeccionar la región.

¿A quién le perteneció Secacá?

Antes de entrar en la tierra que les sería dada como herencia a los israelitas, Jehová le indicó a su portavoz que debían ver sus condiciones. Por eso, tenía escoger a un hombre por cada tribu para que examinaran la región y tuvieran una idea de cómo era el ejército al que se iban a enfrentar.

Josué y Caleb estaban entre los escogidos. Aunque todos concluyeron que era una zona fértil, que manaba leche y miel, los otros diez dieron un mal informe. Ellos manifestaron que los hombres eran tan grandes y fuertes, que no podrían ganarles. Sin embargo, los dos restantes animaron al pueblo, recordándoles que si contaban con la ayuda de Jehová, la tierra la obtendrían con facilidad.

Una vez que Canaán estaba en su dominio, Dios dispuso cómo sería distribuida. A Judá se le asignó la región de Secacá. Esta se encontraba en el desierto, al norte del Mar Muerto. Cuando Josué indicó cuáles serían los límites de cada casa paternal, a Caleb se le dio una porción aparte por su apoyo a los propósitos de Dios.

¿Qué hizo Caleb para que su herencia no estuviera contaminada?

Como era el mandato de Jehová, se debía expulsar a los habitantes que poseían estas tierras. Por lo tanto, esta persona procuró sacar a todos lo que estaban en la zona que se le dio. Sin embargo, cuando llegó a Debir, ofreció que el hombre que conquistara esa área se le daría en matrimonio a su hija Acsá.

Así que su sobrino, Otniel, cumplió con la misión y se casó con la mujer. Cuando ellos iban en el camino, la hija de Caleb le pidió a su esposo que le solicitaran un terreno. Así que ella le hizo la petición a su padre, como símbolo de su aprobación. Él estuvo de acuerdo y le concedió su deseo.

De esta manera, se cumplió con el propósito de Dios, de darle a su pueblo una tierra productiva y buena. Si ellos se mantenían fieles a él, podían gozar de su protección y nunca les faltaría nada.

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