Saalabín, saalbím significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Saalabín, saalbím, es una ciudad que pertenecía a los amorreos. También se conocía como Saalbím y es posible que se le llamara Saalbón. En la actualidad está ubicada al noroeste de Jerusalén. Ha perpetuado su nombre bíblico, puesto que se identifica como Selbit, una aldea abandonada.

¿Por qué la casa de José conquistó Saalabín?

Cuando los israelitas estaban tomando la tierra de Canaán como su herencia, Josué le asignó a la tribu de Dan su porción. Entre estas se encontraba Saalbín; sin embargo, esa familia no los expulsó del lugar. Esta acción era contraria a lo que Jehová les había ordenado.

Esto molestó a Dios, porque además de desobedecerlo, eso les traería serias consecuencias. Él les advirtió que sus costumbres y sus ídolos los seducirían, lo que haría que lo traicionaran en el futuro. Cuando Jehová les manifestó su enojo, el pueblo empezó a lamentarse y a llorar.

Aun así, varias de las casas paternas de Israel, incurrieron en este error. En cuanto a la tribu de Dan, ellos permitieron que los amorreos siguieran viviendo allí. Sin embargo, estos paganos los corrieron de sus tierras y los obligaron a permanecer en una zona montañosa.

Este sitio no era suficiente para todos los miembros de la casa. Ahora bien, cuando la familia de José se hizo numerosa y fuerte, decidieron atacar a ese pueblo. Como resultado conquistaron Saalbín junto a otras ciudades. Además, sometieron a los amorreos a trabajos forzados.

¿Cómo llegaron algunos habitantes de Saalbím a ser útiles dentro del reino de Israel?

Durante el reinado de Salomón, el pueblo disfrutó de una gran prosperidad. Al monarca le hacían muchos regalos, entre los que destacaban caballos de raza. Para poder mantener el cuidado de los obsequios y llevar un control en la distribución de la comida del palacio, se organizó una administración. Se asignó a doce hombres de distintas partes, para que cada uno se encargara de un mes del año.

Estos comisarios debían servir al rey con diligencia y entregar cuentas de sus labores. Entre los escogidos estaba el hijo de Déquer por Saalabím. Por otro lado, algunos habitantes de la zona se convirtieron en feroces guerreros del ejército del pueblo.

En especial cuando David se le ungió como rey. Se presume que ellos ya eran descendientes de algunas de familias israelitas y no provenían de los amorreos. Por eso, contaban con la bendición de Jehová.

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