Plato significado bíblico

plato

Definición. El significado bíblico de plato, es recipiente redondo que contiene bordes y una pequeña cavidad en medio. Su principal uso es aquel de albergar los alimentos que se servirán en la mesa y que las personas comerán.

En la Biblia se habla de la historia del plato de lentejas, una de las anécdotas más importantes y reconocidas dentro del antiguo testamento.

El plato en los escritos del evangelio

Bien sabemos que el plato fue un elemento en el que se almacenaban los alimentos y que se elaboraba a partir de arcilla cocida o metal. Esta palabra tiene su aparición en los pasajes del libro de Mateo y en relación con la entrega de Jesús a sus captores.

Cristo dijo que el que metiera la mano con él en el plato, sería aquel que le concediese. Él les recordó a sus discípulos que dentro de 2 días se llevaría a cabo la fiesta de la Pascua y el hijo del hombre se entregaría a su destino para la crucifixión.

El capítulo del plato nos enseña diversas lecciones importantes de vida. Si bien sus discípulos hicieron todo lo que él les pidió, hubo uno al que se le designó la misión de entregarle. Aquella cena del señor es una de las más memorables y nos demuestra el sacrificio que realizó por todos nosotros.

Otras menciones del plato en la Biblia

Volvemos a encontrar el término plato en los versículos del libro de Marcos que relatan la muerte de Juan el Bautista. Por aquel entonces, resulta que el rey Herodes escuchó respecto a la fama de Jesús y sentía gran curiosidad por las obras que realizaba.

Muchas personas llegaron a pensar que se trataba de Elías o de Juan el Bautista, a quien había dado muerte y cuya cabeza entregó en un plato a Herodías. Ellos no estaban conscientes de que, en efecto, se trataba del hijo de Dios encarnado en hombre.

En este capítulo se habla de la muerte de Juan el Bautista, un personaje que jamás estuvo de acuerdo en las decisiones de una mujer llamada Herodías. Es por eso, que ella le acechaba y deseaba su muerte, nada más podía hacer para dársela.

Sin embargo, su hija Salomé halló gracia ante los ojos de Herodes, luego de realizar un baile que encantó a todo el salón. El rey le dijo que le pidiese lo que deseara, a lo cual, ella respondió que quería la cabeza del profeta servida en un plato.

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