Perverso significado bíblico

hombre perverso

Definición. El significado bíblico de perverso es una persona mal intencionada y con sentimientos malvados. Este adjetivo se les adjudica a aquellos que no están en armonía con los mandatos de Dios, y, además, los contrarían de manera vergonzosa. Los perversos son manipuladores, mentirosos, egocéntricos y narcisistas.

Vídeo sobre el significado bíblico de Perverso

¿Cuál es el origen de la  palabra perverso?

El vocablo proviene de varios términos del hebreo en el Antiguo Testamento, pues, suele relacionarse con sinónimos como 'maldad', 'malicia' y 'contrario'. Por lo general, la génesis de la palabra en el N. T. va más ligada al griego 'átopos' y 'ponrós'. Todos los vocablos suelen tener una traducción de 'torcer' o 'cambiar hacia lo malo' aquello que sea natural o bueno.

¿Dónde aparece perverso en la Biblia?

Dentro de las sagradas escrituras, podemos encontrar el término en distintos contextos tanto en los libros antiguos y nuevos. Por ejemplo, en Números 23:21 se registra: 'No descubre perverso en Jacob…', aquí Dios puso en boca de Balac unos versos dirigidos a Balaán. El vocablo aparece bajo el mismo sentido en gran parte de los Salmos 18, 139 y 125. En este último se habla ‘que el Señor los conduzca por la paz’.

En el libro de Proverbios también se encuentra el término en distintos versos con el mismo concepto y significado de apariciones anteriores. En el Nuevo Testamento se presenta la palabra en libros como los de Juan, Mateo y Hechos de los Apóstoles.

Cabe destacar, que, este vocablo es ambiguo porque recibe la misma acepción que otros términos como 'malo', 'maligno' o también 'pecador'. La aparición de esta palabra dependerá de la versión en español de la Biblia a la que se consulte.

¿Qué significa ser perverso en el cristianismo?

Para la congregación del Señor, actuar bajo este término determina una actitud de deshonestidad y de irrespeto en contra del Padre. Quien se comporta de esta manera no solo es un individuo malo, sino que genera formas de afligir o hacer daño. Además, la perversidad es sembrada y motivada por Satanás a través de sus tentaciones.

Quien abre las puertas a este sentimiento tendrá una corrupción progresiva dentro de su ser y su alma, apartando al Espíritu Santo de cualquier pensamiento. Dejar que la maldad integre nuestra mente es convertirse en un individuo aborrecible, como aquellos que crucificaron al hijo de Dios.

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