Inicuo significado bíblico
Definición. El significado bíblico de inicuo proviene del término en latín 'inīquus'. Este comprende la suma, del prefijo 'in' que quiere decir 'no - sin' y el adjetivo 'aequus' que se traduce como 'igual'. Se usa para referirse a algo que no es equitativo, que sin equilibrio y que posee maldad en sí.
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El concepto de inicuo se emplea como sinónimo de injusto, de ruin, algo disparejo que va contrario a la entereza. Se asocia con la maldad, lo perverso, siniestro, la deslealtad y lo vil, cualquier semejante infame que carezca de nobleza y moral. Esta condición incluye falta de rectitud y cordura, en esencia es un carácter malévolo propio de los impíos.
Un individuo inicuo carece de ley, no se rige por los mandamientos sagrados, sino que alimenta su ego de injusticias. No posee una relación con Dios ni con ninguna autoridad que tenga reglas a cumplir, pues la iniquidad tiene que ver con la rebeldía. Es opuesto a la fe, justicia, amor y paz que proclama el reino de los cielos, al no reflexionar con la razón y la conciencia.
El inicuo en la Biblia
En las sagradas escrituras hay una parábola sobre el juez inicuo y la viuda importuna, el pasaje se encuentra en el libro de 'San Lucas'. El relato describe a una mujer que perdió a su marido y que no se cansa de pedir justicia. Por otra parte, ilustra a un juez que hace oídos sordos hasta que se harta de la obstinación de la señora y acepta su petición.
Esto se puede tomar como metáfora de que Dios es justiciero, aunque parezca que se retrasa en dar respuesta. Cuando los fieles le suplican con plegarias, él dará lo justo en el tiempo perfecto. Por ello hay que confiar, tener fe en que somos escuchados y pedir la igualdad que con constancia será otorgada.
En el libro de 'Salmos' del Rey Salomón se halla usada esta expresión unas setenta veces a lo largo de sus poesías. En la narración de la crucifixión de Cristo, se justifica su sangre derramada como el aliento a los fieles a que se rediman ante Dios. El pacto por el que Jesús dio su vida fue la base del perdón hacia los inicuos, quienes no se arrepientan, tendrán castigo eterno.