Nínive significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Nínive se refiere al nombre de una ciudad asiria, donde abundaba el politeísmo y otras conductas pecaminosas. No obstante, estos enemigos del Israel, se apartaron del pecado luego de que Jonás, les llevara un mensaje de Dios.

Este profeta desobediente, había advertido que nuestro Señor, destruiría la ciudad en cuarenta días, si estos no se arrepentían de corazón. Pues, gran parte de sus habitantes, se caracterizaban por vivir en el pecado. Además, la historia nos muestra a sus gobernantes como ruines y sanguinarios.

Jonás contra la idolatría de Nínive

Dios encomendó a este profeta ir a esta ciudad y anunciar su destrucción, pues vemos en las escrituras que el Señor había visto la maldad que reinaba en esa tierra. No obstante, Jonás sentía miedo de ir a esa ciudad, ya que temía que lo mataran por el mensaje que les llevaba.

Entonces, observamos en la historia que este decidió irse a Tarsis, es decir, que desobedeció a Dios. De inmediato abordo una embarcación, pero el Señor, mostró su descontento y envió una tormenta que casi hunde el barco.

De inmediato la tripulación comenzó a pedirles a sus ídolos que los salvaran. Así, Jonás mostró a estos el poder del Dios verdadero. Pues, vemos que la tormenta se debió a que no cumplió con ir a Nínive y enfrentar la idolatría, ya que estos adoraban dioses de guerra.

Así, observamos que hacen caso a Jonás y lo lanzan por la borda, luego narra la Biblia que u gran pez se lo trago. Después, este profeta arrepentido decide cumplir con ir a Nínive y hacer frente a la idolatría y el pecado que inundaba la región.

Mensaje de misericordia y compasión en Nínive

Nos narran las escrituras, que Jonás fue a esta ciudad a predicar la advertencia de Dios. A todos les dijo que en cuarenta días, Nínive sería destruida, por ello debían arrepentirse. A pesar de sus miedos, el profeta tuvo valentía y dio el mensaje de condena que les envió el creador.

Encontramos en la historia, que la constancia de Jonás lo ayudó a soportar las burlas y maltratos de los habitantes de Nínive. Pero, al pasar de los días, el pueblo y sus gobernantes, arrepentidos, comenzaron a tomarlo en serio, ayunaban y pedían misericordia para salvarse.

Pasados los cuarenta días, Dios no destruyó la ciudad, por lo que el profeta se molestó, sentía que había perdido el tiempo. Siendo esa la lección de compasión que el Señor mostró por todo el pueblo de Nínive.

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