Nebo significado bíblico

nebo

Definición. El significado bíblico de Nebo, es nombre de un Dios, de un monte y una ciudad moabita. La traducción del término quiere decir aquel que habla o profetiza. A tal personaje se le relaciona con Bel, quien fue otra de las deidades babilónicas cuya idolatría hizo pecar a quienes decidieron adorarle.

Nebo y la necedad de los ídolos

En los escritos del libro de Isaías se hace referencia a Nebo como un Dios perteneciente a la mitología babilónica, se dice que era gran conocedor de la ciencia y el aprendizaje. Este es el motivo por el que las personas le buscaban para rendirle culto.

A pesar de ello, los paganos insultaron al pueblo de los judíos con la elaboración de imágenes con la cara de Bel o Nebo. Estos pensaban que sus deidades les ayudarían y que eran más poderosos que el mismo Jehová. Sin embargo, el pueblo de Dios no tuvo temor de ellos.

Los días en los que se adoró a Nebo, trajeron consecuencias catastróficas para los impíos que no fueron capaces de hallar la salvación y sus almas se dirigieron hacia el camino de la muerte. Estas cosas nos enseñan que solo tendremos bienestar si seguimos la promesa que se realizó a Israel y no caemos en la tentación de desprestigiar el nombre de nuestro señor.

Nebo y la muerte y sepultura de Moisés

El libro de Deuteronomio es preciso respecto a los acontecimientos que tienen que ver con la muerte de uno de los ciervos más fieles de Dios. Este personaje contempló la tierra prometida en el monte de Nebo, cerca de la cumbre del Pisga y allí el creador le expuso todas las heredades que conducían hacia Dan.

Entonces desde el Nebo se le mostró a Moisés lo que sé juró a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque se les dijo qué se multiplicarían en descendencia. Luego de que vio esto con sus ojos, murió ahí mismo conforme a lo que el señor le habló. Se le enterró en el valle, en la región de Moab, aunque no se conoce una referencia geográfica más precisa.

Nebo, la ciudad moabita

El nombre Nebo también perteneció a un sitio del que se habla en el libro de los números y en el que se hace referencia a Rubén y a Gad el día en el que quisieron establecerse cerca del Jordán. Se dice que allí las condiciones eran bastante favorables para que se asentaran sus ganados que tenían un número elevado.

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