Liberto significado bíblico
Definición. El significado bíblico de liberto, es nombre que se otorgaba a los esclavos que al final obtenían la liberación por parte de sus amos. Tales cosas ocurrían durante el período que tuvo lugar la gobernación romana.
A diferencia del liberto, existían hombres que eran libres desde el instante de su nacimiento, pues contaban con mejor rango social. Además, poseían los derechos de los ciudadanos, tal como la mayoría de los miembros de una población.
Es importante destacar al personaje de Pedael, cuya traducción de su nombre quiere decir que Dios le dio liberto o le salvó.
El liberto y los hombres libres en la Biblia
Las Santas escrituras mencionan a Pablo como un liberto, cuya condición venía desde su nacimiento. Él estuvo en manos del tribuno en cierta ocasión, dado que, tuvo que permanecer en la prisión durante algunos días.
Por aquella época, hubo muchas personas que estaban en contra del apóstol y que gritaban a vivas voces que le dieran muerte. Arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire en señal de indignación, pidiendo al tribuno que le metiesen en la fortaleza y le proporcionaran azotes.
Cuando a Pablo le ataron con correas, este le dijo al centurión si acaso esas acciones eran legales, pues aún, no le condenaban. Más que todo, al tratarse de un liberto, de un ciudadano romano que adquirió ese título desde su nacimiento.
La emancipación del liberto
Aquel que fuese liberto podía contar con la ciudadanía romana, pero todo esto traía consigo ciertos inconvenientes. Este tipo de emancipación le limitaba al seleccionarse para cargos políticos u otros afines. Los de su descendencia también se afectaban en este aspecto por dos o tres generaciones.
El liberto gozaba de una libertad personal al no estar en posición de sometimiento hacia los amos o dueños. Sin embargo, no contaba con ninguna clase de derechos civiles que le permitiesen tener una calidad de vida digna.
En ciertos casos y a pesar de que se le daba la emancipación al liberto, este seguía formando parte de la misma familia de su anterior amo. Es por eso, que no se desligaba por completo de realizar las obligaciones a la cuales se comprometía.
Es importante acotar que el liberto podía vivir en la casa de su antiguo dueño siempre y cuando se desempeñara como un empleado, percibiendo un salario por sus labores. De igual modo, había algunos que se iban a morar por cuenta propia en granjas.