Jatir significado bíblico

jatir

Definición. El significado bíblico de Jatir, es ciudad de gran extensión que se posicionó en la zona montañosa de Judá, se menciona en los pasajes de Josué junto con Soco y Samir. Además, formó parte de la repartición de las tierras que se dio como heredad a los hijos de Dios según el linaje de sus familias.

Jatir y la derrota de los amalecitas

En el primer libro de Samuel se hace referencia a David y a los guerreros que le acompañaron a Siclag porque los de Amalec le invadieron. Al llegar a la ciudad, se dieron cuenta de que le quemaron, llevándose consigo a las mujeres y niños a la cautividad. Por ello, toda la gente lloró y se lamentó en gran medida.

A pesar de lo malo, el rey se fortaleció en la voluntad de Dios para alcanzar a los merodeadores, cuando los vio, estaban sobre la tierra, haciendo fiesta con el saqueo que tomaron de los filisteos y los de Judá antes de enviarlos a Jatir y las demás ciudades.

Jatir y la repartición del botín

Poco después David hirió a los amalecitas, libertando a la vez a sus dos mujeres, recuperando todo lo que el enemigo robó. Y no quedó por fuera cosa chica ni grande, fue capaz de conseguir hasta las ovejas y el ganado que les quitaron. A ello se le llamó el botín del siervo de Dios.

El pueblo no tardó ni un instante en recibir a los guerreros que alcanzaron Siclag y la captura se envió a los ancianos de Judá en forma de presentes. Por lo tanto, llegó a los que estaban en Bet-el, Jatir y en Ramot del Neguev. Sin dejar de lado otras zonas como Estemoa o Racal.

Jatir, la heredad de la tribu de Judá

Jatir también se menciona por ser una de las ciudades ubicada en las regiones montañosas y que se le asignó a una de las tribus de Israel. Esto ocurrió cuando se echaron suertes por cada una de las familias. Algunas heredades iban hacia el extremo sur o a la frontera de Edom. Entre las de la llanura se menciona Estaol, Asena, Zora, Enam.

Cuando se alude a Jatir, se lo hace junto con Soco, Samir, Dana, Anim, contándose un total de once ciudades cada una con sus aldeas. Sin embargo, los jebuseos que moraban en Jerusalén no pudieron salir de la mano de los hijos de Judá, por lo que, permanecieron con ellos hasta el día de hoy.

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