Jambres significado bíblico

jambres

Definición. El significado bíblico de Jambres, es nombre de uno de los magos de origen egipcio que quiso oponerse ante el juicio de Moisés. En los pasajes de las santas escrituras suele mencionarse casi siempre junto con Janes.

En este sentido, Plinio y Apuleyo hablan de Janes y Jambres en conjunto, catalogándolos como magos famosos de la antigüedad. En tanto que, filósofos de la doctrina pitagórica hacen alusión a ellos como escribas.

Jambres, el opositor de Moisés

Se cree que Jambres fue uno de los magos de origen egipcio que participó en la corte del faraón. En los pasajes del libro dos de Timoteo, se hace referencia a que él y su compañero se resistieron a las cosas que decía Moisés.

A Jambres se le catalogó como un hombre que no era capaz de ver la verdad procedente de la divinidad de Dios. Se dijo que era corrupto de todo entendimiento que estuviese relacionado con la fe. Sin dejar de lado, su avaricia, soberbia o desobediencia hacia los padres.

Otras de las cosas que dice los pasajes de Timoteo, es que se advendrían días y tiempos peligrosos. Algunos varones como Jambres solo se amarían a sí mismos, serían blasfemos, ingrato e impíos. Las cosas negativas que se le atribuyeron a tal personaje fueron numerosas.

El declive espiritual y Jambres

Pablo advirtió a Timoteo en sus cartas los postreros días en los que vendrían tiempos peligrosos. Con ello no solo se refería al final de la era de la iglesia, sino también a la totalidad de miembros que la integraban.

Hasta la segunda venida de cristo, los creyentes se tentarían a través de personas como el mago Jambres que se cuestionó la verdad. Habría gente que se negaría a escuchar la doctrina del señor, haciendo caso omiso a sus palabras, sufriendo un declive moral y espiritual.

Jambres y el antídoto para el mal

En cuanto a Jambres y a quienes pensaban de la misma manera, Pablo indicó a Timoteo que se dedicara a predicar la palabra de Dios. Ese sería el único antídoto para enfrentar a los engañadores del mal que se vanagloriaban a sí mismo y se olvidaban de los principios de la fe.

Al igual que Jambres, es posible que en aquella época existieran hombres que aparentaban ser religiosos cuando en realidad, no lo eran. De ellos había que estar pendientes y evitar, porque estos se metían en las casas y privaban a la gente del verdadero conocimiento.

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