Helón significado bíblico

helon

Definición. El significado bíblico de Helón, es hombre zabulonita que tuvo un hijo llamado Eliab y que se catalogó como uno de los príncipes de su propia tribu. La traducción del nombre hebreo quiere decir pesar, fuerte, ventana o energía vital.

Vídeo sobre el significado bíblico de Helón

https://www.youtube.com/watch?v=d3Uv_YHe4JE

El censo de Israel en Sinaí donde participó Helón

A lo largo del libro de los números se da registro a Helón como uno de los que salieron de la tierra de Egipto y que acudió al desierto de Sinaí para escuchar las palabras de Moisés en el tabernáculo de reunión. El señor le comunicó a su siervo que anotara el censo de toda la congregación de acuerdo a cada una de las familias y de las casas de sus padres.

En este sentido, se tomó en cuenta el nombre de Helón y los demás varones que tenían más de veinte años y que estaban en la capacidad de salir a pelear en la guerra de Israel. Aarón fue uno de los encargados de anotar, y es así que sobresalen los de la tribu de Rubén, Simeón, Judá o Isacar.

Helón aparece en la descendencia de Zabulón cuando se menciona a su hijo llamado Eliab. Más adelante, se enumeran a los parientes de José, Benjamín, Dan o Aser. Todos estos eran príncipes de las tribus de sus padres y es por ello, que se les nombró de entre los de la congregación como capitanes de los millares del pueblo de Israel.

La cifra total de los que se registraron de la tribu de Zabulón en la que estaba el hijo de Helón, fue de cincuenta y siete mil cuatrocientos. Todos estuvieron listos para salir a la guerra porque contaban con más de veinte años de edad y eran diestros en la pelea.

Helón y las ofrendas para la dedicación del altar

Los parientes de Helón participaron en la reunión del tabernáculo que levantó Moisés, ungió y santificó. Cada uno de los príncipes de los clanes que se contaron en el censo, tuvieron que traer sus ofrendas delante de la casa de Jehová. Es así como había carros cubiertos, bueyes y otras cosas destinadas para el servicio.

El tercer día le tocó al hijo de Helón, su ofrecimiento fue un plato con ciento treinta ciclos de peso y un jarro que se llenó de flor de harina amasada con aceite. A la vez, había una cuchara de oro colmada de incienso, un becerro, un carnero y un cordero de un año que se ofrecería en el holocausto sagrado a modo de culto para el señor.

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