Hatús significado bíblico

hatus

Definición. El significado bíblico de Hatús, es nombre que correspondió con varios hombres que vivieron en la época del antiguo testamento. Es posible que tales hazañas se realizaran en la misma línea de tiempo que integró Jeremías, uno de los profetas más sobresalientes de las sagradas escrituras.

Hatús fue uno de los descendientes de Salomón, aparece en la lista de las crónicas junto con el de Roboam, Acaz, Josías, joacim, entre otros. Su progenitor fue Semaías y sus hermanos Igal, Barías, Nearias y Safat, eran seis en total.

Hatús y los que regresaron al lado de Esdras

Uno de los capítulos del libro de Esdras señala a Hatús como uno de los parientes de David que regresó de Babilonia por los tiempos en los que se llevó a cabo el exilio de los hijos de Dios. Recordemos que el señor dio instrucciones concisas para que se registraran a los jefes de cada una de las casas paternas, así como a sus genealogías.

Por aquellos tiempos, fue importante anotar el nombre de todos los que subieron de Babilonia cuando estuvo en el poder el rey Artajerjes. Es así como Hatús plasmó su calificativo junto con los sirvientes del templo, los príncipes, el conjunto de los levitas y los demás miembros que brindaron su servicio en la morada de Dios.

Los trabajos en el muro de Jerusalén y el rol de Hatús

En los escritos de Nehemías se nombra a Hatús como uno de los obreros que se encargó de restaurar junto a sus compañeros la obra. Su cargo lo designó uno de los sumos sacerdotes, porque Dios les dijo que repartieran las funciones de acuerdo a su voluntad.

Las ocupaciones de reedificación fueron muy diversas, entre ellas, había que edificar las puertas de las ovejas y las del pescado. Hatús tuvo que reparar a Jerusalén hasta el muro ancho con la ayuda de Refaías y Malquías. Los sirvientes del templo también participaron, igual el grupo de los plateros y comerciantes.

Hatús y la firma de la alianza

Luego de que el muro se terminó, los hombres como Hatús firmaron el pacto que Dios hizo con su pueblo en los días de Moisés. Allí se establecieron diversos principios que siguen vigentes en la actualidad y que muestran la forma correcta en la que debería ser nuestra relación con Dios. Se trató entonces de una promesa de seguimiento y obediencia perpetua en tiempos de prosperidad o de adversidad.

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