Hambre significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de hambre se refiere a un estado natural del organismo que se activa cuando el cuerpo padece un déficit de nutrientes. Esta carencia de calorías, no solo la sufre la carne, sino también el espíritu. Por ese motivo, encontraremos en las sagradas escrituras, la necesidad de nutrir el alma.

Vídeo sobre el significado bíblico de Hambre

Cuando Dios creó al hombre y al resto de las especies, puso a su disposición diversidad de frutos en el jardín del Edén. Pues era necesario que estas criaturas saciaran su hambre, ya que alimentarse es una necesidad del cuerpo humano.

Con el apetito podemos vincular dos figuras importantes en nuestra religión, estas son la gula (ahogarse en comida) y el ayuno. Por su parte, a la primera la consideramos un pecado que cometemos al ingerir sin saciedad y destinar nuestros pensamientos hacia los comestibles.

En cuanto al ayuno, es el sacrificio que hacemos al señor en días santos o por cumplimiento de una promesa o penitencia. En este caso, aunque tengamos necesidad de nutrientes, nos privamos de alimentación por determinado tiempo en su honor.

Hambre espiritual

En la Biblia, vemos pasajes alusivos al apetito o proceso físico de necesidad de comida. También veremos que existe la alimentación para el alma, la cual podemos lograr a través de la oración.

Cuando cumplimos los mandamientos de la ley de Dios, vivimos una vida pacifica, este tipo de necesidad desaparece. Pues esta se vincula con los sentimientos de envidia, ya que nos arrastra a desear lo que tienen los demás sin saciedad.

Entonces, cuando hablamos de nutrir el alma, nos referimos a expulsar de nuestras vidas esa avaricia y envidia que no nos deja vivir tranquilos. No hay que desear los bienes ajenos, pues cada cristiano debe forjar su camino.

El hambre ha sido utilizada incluso con el fin de pisotear a los débiles. Personas ambiciosas, se valen de su poder, chantajeando con comida a los que menos tienen, aprovechándose de su necesidad de alimentos. En la historia observamos, la existencia de pueblos enteros dominados por migajas que sacian su apetito. Por otro lado, están aquellos que llevan una vida de humildad, o están cargando con penitencias individuales, pasando por una época de cilicio y ceniza.

Cristo sustentó el hambre multitudes

La Biblia nos muestra, como a Jesús de Nazaret lo seguían miles de personas, quienes pasaban varios días escuchando su palabra. Caminaban grandes distancias predicando y sanando enfermos, entonces el hambre apareció en la muchedumbre.

No contaban con suficiente dinero para comprar alimentos, y lo único que tenían era cinco panes y dos peces. Los evangelistas nos narran la manera como Jesús, multiplicó estos alimentos y sació el hambre de cinco mil hombres, sin incluir a mujeres y niños.

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