Hamón significado bíblico

Definición. El significado bíblico de Hamón, es nombre que le perteneció a un lugar que integró el conjunto de las heredades de Aser. Se dice que se situó muy cerca al sur de Tiro, aunque, su locación geográfica no es exacta. La traducción de esta palabra hebrea quiere decir aguas termales o manantial caliente.

En la Biblia también se habla de Baal-Hamón, una especie de viña que producía variedad de frutos que beneficiaban a los hombres.

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Hamón y sus ejidos

El nombre Hamón se referencia en los pasajes de las crónicas, haciendo alusión a una de las ciudades que perteneció al grupo de los levitas. Por aquella época, era importante que todos contaran con sus habitaciones, conforme a sus domicilios y a la casa de sus padres determinada por sus familias.

Vemos en este capítulo de la Biblia la forma en la que se organizan los nombres de los hijos de Aarón y otros personajes que recibieron sus heredades conforme a la voluntad del señor. En el inicio, se habla de Hebrón, Libna, Estemoa, Debir y demás ciudades relevantes por las que dieron su paso los del pueblo de Israel.

Hay que destacar que Hamón y sus ejidos se repartieron por suertes con el fin de que todos se sintieran conformes sin que se presentasen disputas. Es así como los hijos de Gersón se quedaron con la media tribu de Manasés, los de Isacar con Cedes y los de Aser con Masal y Abdón.

Luego, llegó el turno del clan de Neftalí, se les concedió a Cedes en Galilea, Hamón y Quiriataim. Cada una de estas tierras tenía sus ejidos y obtuvo la bendición del padre celestial en la cosecha de sus frutos y en la recolección de los alimentos que proveerían a sus familias.

Las ciudades fortificadas y Hamón

Sabemos que Hamón fue una ciudad que se constituyó para los de Neftalí de acuerdo a la santa voluntad de Dios y a la suerte que echaron el día en que se realizó la repartición de los territorios. Se cree que es uno de los sitios fortificados junto con Sidim, Zer, Racat y Cineret.

Las bendiciones proféticas no se hicieron esperar por parte de Jacob a sus hijos en el reparto a cada tribu. Esto nos demuestra que las promesas de Jehová se cumplen a cabalidad, solo debemos confiar y seguir en el camino de la fe.