Hamedata significado bíblico

Definición. El significado bíblico de Hamedata, es nombre que le correspondió al padre de Amán, agagueo. Aparece en las tablillas de la fortificación de Persépolis, sin dejar de lado, algunos textos rituales de la época y de origen arameo.

La traducción de Hamedata quiere decir dado a la bebida sagrada o dádiva de la luna. Sus menciones se nos presentan en los pasajes del libro de Ester.

Hamedata y su hijo en la Biblia

La única aparición que tenemos respecto a la vida de Hamedata, es aquella que figura en los pasajes del Antiguo Testamento. En sus líneas encontramos al hijo de este personaje que tramaba la destrucción del pueblo de los judíos.

Antes que nada, es importante destacar que el rey Asuero engrandeció al pariente de Hamedata, aquel llamado Amán agagueo. Le honró y puso su silla por encima de los demás príncipes que se encontraban a su lado.

En este sentido, el hijo de Hamedata se vio engrandecido, de hecho, los siervos del templo se arrodillaban e inclinaban en su presencia. Podríamos decir que, gracias a tales acciones, este varón dejó de ser humilde a los ojos del señor.

La rivalidad con Mardoqueo y el hijo de Hamedata

A pesar de que todos los siervos del rey Asuero se postraban delante de Amán, hijo de Hamedata, había un hombre que hacía caso omiso de ello. Su nombre era Mardoqueo, él ni se arrodillaba ni tampoco se humillaba.

Tales cosas comenzaron a incrementar sospechas, por eso, los siervos le preguntaban el por qué traspasaba los mandamientos del rey. Ante eso, él declaró que era parte del pueblo de los judíos y su doctrina solo le permitía arrodillarse delante de Dios.

Hamedate y la venganza de Amán

Amán, hijo de Hamedata tuvo una especie de rivalidad en contra de Mardoqueo, que no se humillaba en su presencia. Todo esto le causó gran ira, por eso, decidió que destruiría a los judíos que se encontraban en el reino de Asuero.

Resulta que, en el mes de Nisán, el descendiente de Hamedata habló al rey Asuero, diciéndole que había un pueblo cuyas leyes eran diferentes a las suyas. Con ello, se refería a la población judía, comentándole que de nada le serviría dejarles vivos, pues, no tendría ningún beneficio.

Es así que Amán se comprometió a destruir a los judíos, de manera especial, a aquel de ellos que hizo caso omiso a sus ordenanzas a causa de su doctrina.