Grano significado bíblico
Definición. El significado bíblico de grano, es especie de semilla pequeña cuya capa externa es de una consistencia sólida. Se les suele cosechar para el consumo humano o animal, en dependencia de las necesidades de cada quien.
La palabra grano de mostaza también aparece referenciada en la Biblia, sobre todo, cuando se habla de las metáforas de cristo.
En la actualidad, el grano se emplea en la agricultura industrial, dado que, se le puede conservar y almacenar por largos períodos de tiempo.
El grano en la Biblia
En las sagradas escrituras, podemos encontrar el término grano en numerosos fragmentos. En especial, se usa para determinar los tipos de cereales, en el caso de la cebada, el centeno o el trigo. Elementos fundamentales con los que realizaba la cocción de sus alimentos.
En la época en la que vivió José y fue gobernador de Egipto, el grano se cosechaba y se almacenaba hasta por siete años consecutivos. Así lo expresan los versículos del libro del Génesis, dado que, en ese período de tiempo guardó alimentos en las ciudades, porque eran abundantes.
Se nos dice que José recogió grano de trigo como la arena del mar, no se podía contar porque era una cantidad muy grande. Además, su gobierno fue uno de los más prósperos antes de que se adviniese el primer año del hambre.
El grano y la ofrenda de cereales
Si bien es cierto, las ofrendas que se dedican en la actualidad suelen ser de carácter monetario o material. Sin embargo, en el antiguo testamento se hacía uso de los animales y el grano que producía una buena fuente de cereales mixtos.
En el caso de la ofrenda del grano o de los cereales, consistía en un sacrificio que no causaba ningún tipo de dolor, no eran animales. Así pues, no se derramaba sangre, solo se contaba con el arduo trabajo de los campesinos.
El grano en esta época era de mucho valor, dado que hacía florecer el pan y la harina que era una de las bases o los pilares de la alimentación.
Los alimentos de la mejor calidad para Jehová
Hay que tener claro que, si alguien iba a dedicar ofrenda de grano o de cereal a Dios, estos debían que ser óptimos en su producción. En el caso de la harina, se echaba aceite o incienso y luego, se le llevaba al sacerdote, quien lo quemaba frente al altar.