Estaciones del año significado bíblico

estaciones del ano

Definición. El significado bíblico de estaciones del año hace referencias a las épocas del año producidas por el trayecto del planeta al girar alrededor del sol. Este movimiento de traslación provoca las estaciones que conocemos como primavera, verano, otoño e invierno. En la Biblia tienen un simbolismo más metafórico que enseña las diferentes etapas de nuestra vida.

Podemos ver en la sagrada escritura que cada situación, época, período (aunque parezca infinito) todo tiene su propio propósito y finalidad. Así como en la vida de David, nuestra existencia también pasa por distintas estaciones debido a las inclinaciones humanas. Pero así como David encontró el equilibrio entre sus cambios y altibajos, la naturaleza también lo hace, al igual que nosotros.

Jesucristo nos muestra en los pasajes bíblicos que él es el Señor de todas las estaciones en la vida de una persona. Su fallecimiento parecía haber traído un invierno eterno de oscuridad, sin embargo, resucitó de entre los muertos. Así como Dios diseñó las estaciones de este planeta, el Señor trazó todo su plan de redención.

Vemos que en Génesis 8:22 dice que mientras la tierra permanezca, habrá semilla y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche. Todo en la vida de este planeta tiene su tiempo, por tanto, estas son las estaciones del año. No importa dónde vivas, ya que la primavera, verano, otoño e invierno para diferentes regiones del mundo son características distintivas conocidas.

Las estaciones del año según la Biblia

Cada temporada tiene sus cosas buenas y malas. Es así como Dios quiere que los conozcamos bien, por lo que nuestros agradables modales hacia ellos aseguran que reflejemos su gloria en cualquier clima. Por ello la primera estación del año es la primavera, que se caracteriza por la renovación de la vegetación.

La primavera es la época del nacimiento donde el tiempo se mezcla con flores y gran alegría. El otoño es el momento del conocimiento profundo, también es una temporada de cosecha natural y espiritual. Aquí el árbol se seca y las hojas caen dando paso al invierno.

El invierno es la época de la vejez, por tanto, en esta estación del Señor, todavía somos fructíferos y hermosos. Este momento es cuando necesitamos estar saludables y dispuestos a descansar. En cambio, el verano es donde la vida vuelve a su glorioso estado de equilibrio cálido y actividad física.

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