Efata significado bíblico

efata

Definición. El significado bíblico de Efata es ser abierto. Este es un término de origen arameo (Effatha) que solo aparece una vez en las santas escrituras. Ella denota una acción pasiva, que se relaciona con destapar algo que se obstruyó o cerró. En el caso de concretar el trabajo se puede eliminar los obstáculos ocasionados.

Vídeo sobre el significado bíblico de Efata

¿Por qué Jesús empleó la palabra Efata?

Después de la muerte de Juan el Bautista y de alimentar a una muchedumbre, el Mesías se dispuso a seguir llevando su mensaje. Incluso le dio instrucciones a sus discípulos de cómo debían predicar. Por eso, anduvo en varias aldeas y ciudades. Sin embargo, al pasar por Sidón entró en una casa donde no quería que nadie se enterara.

Aun así, la noticia se esparció entre las personas con rapidez. Y comenzaron a llegar para escucharlo y pedirle milagros. Una de ellas fue una mujer extranjera que tenía una hija endemoniada. Otro fue un hombre con dificultades para hablar y escuchar. A todos estos enfermos, Jesús los curó.

Ahora bien, el hombre sordo recibió una atención especial, puesto que el milagro no se realizó delante de la muchedumbre. Al contrario, el Mesías se le llevó aparte, lejos del resto de las personas, y en privado colocó sus dedos en sus oídos. Después escupió y le tocó la lengua. Justo en ese momento, suspiró con profundidad y miró al cielo diciendo: Efata.

Con esto, le ordenó que se le abriera sus oídos. Al instante, la discapacidad desapareció y el hombre quedó sanó. Jesús les indicó a los pocos testigos que no le dijera a nadie lo que había sucedido. Sin embargo, la emoción era tan grande que la gente iba proclamándolo por las calles.

¿Por qué era necesario que Jesús le dijera Efata al sordo?

La mayoría de las personas que nacen sin la capacidad de oír, tienen dificultades para hablar. Esto se debe a que los niños aprenden a repetir las palabras a medidas que las escuchan y las relacionan con una objeto, una persona o una acción. Así, los seres humanos pueden ir uniendo términos, hasta construir oraciones que les permita comunicarse.

Sin embargo, las personas que no escuchan, no saben cómo se pronuncian las palabras. Cuando Jesús le dijo Efata al hombre, le abrió o destapó los oídos. Ahora, él podía escuchar y aprender hablar con cualquiera otro. Es como si se le quitara el obstáculo que le producía la discapacidad.

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