Coral significado bíblico

coral

Definición. El significado bíblico de coral, es mineral o polipero que luego de realizarle un proceso de pulimentado, se le emplea en joyería. Es por eso, que las mujeres suelen usarle como adorno en sus cuerpos o incluso, en objetos decorativos del hogar.

Del coral se dice que es una especie de material calcáreo que se produce por la proliferación de microorganismos en el mar. Sus colores y tonalidades pueden ser variables, yendo desde el rojo que es el más característico, hasta el blanco o el negro.

El coral en la Biblia

El coral fue de los minerales más apreciados en la fabricación de joyerías y adornos que embellecían el rostro de las mujeres. Sin embargo, en las líneas del libro de Ezequiel podemos ver una comparación referente a la sabiduría, que, según el autor, era de más valor.

En los pasajes bíblicos apreciamos la forma en la que Edom negociaba con Tiro para obtener el coral. Sin dejar de lado, otros productos como perlas, vestidos bordados, púrpuras, rubíes y linos finos que se encontraban en sus ferias.

Es probable que las personas de la antigüedad consiguieran el coral por medio de las búsquedas marítimas en el mar rojo. Lo que sí es cierto, es que tal elemento se convirtió en uno de los más aclamados por los pobladores, quienes alcanzaban buenas sumas de dinero con su producción.

El coral en el canto

La palabra coral también hace referencia a todo aquello que es parte de un coro, en donde se cantaban himnos y cánticos de alabanza al señor.

Las personas solían componer piezas vocales armonizadas para varios registros y destinadas a la coral. Sus ritmos eran lentos, pero las letras muy solemnes y de carácter religioso. Se llegaron a ejecutar en los templos antiguos y en las iglesias protestantes.

¿Quiénes podían pertenecer a la coral?

Por la época en la que vivió David, él tenía un grupo de hombres que se dedicaban a la coral y a las artes de la música. Todos estos los seleccionaron los capitanes de los ejércitos y se sabía que eran muy buenos en su función de adorar al señor a través de las melodías.

Los levitas y sacerdotes llegaron a ser parte de la coral en la que se dedicaban múltiples cantos a la presencia del señor en la tierra. Muchos de ellos, se acompañaban con instrumentos musicales que eran del agrado de Dios, por ejemplo, címbalos o salterios.

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