Cántaros significado bíblico
Definición. El significado bíblico de cántaros es un utensilio o recipiente, que se emplea para guardar algo. Se elaboraba con barro, metal o cualquier material impermeable. Esta vasija sirve para transportar y conservar productos líquidos o sólidos. Su forma más usual era la de tazón, que tenía una, dos o hasta cuatro asas.
Vídeo sobre el significado bíblico de Cántaros
¿Qué detalles destacan en los cántaros?
Estas vasijas se emplearon desde hace muchos siglos por los egipcios. Algunos tenían el cuello estrecho y se le colocaba un tapón para evitar que su contenido se saliera. Se podía usar con el fin de almacenar agua, aceite y vino. Otros colocaban harina, trigo o cualquier otro cereal. También estaban los que metían documentos y escrituras para su conservación.
En cántaros de origen egipcio, se ha podido observar ornamentos como el alabastro, huesos, bronce, vidrio, oro, marfil, porcelana, piedra y plata. Estos detalles aumentaban el valor del objeto y era un buen negocio para un comerciante viajero. Asimismo, los asirios fabricaban recipientes de vidrio. Estos últimos y los de barro debían ser manipulados con cuidado, porque eran frágiles a los golpes.
Los alfareros antiguos fueron los expertos en elaborar estas piezas. Las hacían de distintos tamaños y formas. Las personas las empleaban en sus labores domésticas, en los viajes y en las fiestas religiosas. También hay registros que muestran que los cántaros se usaban en las bodas y cualquier otra celebración.
¿Cómo aprobó Jehová el uso del cántaro para cumplir su propósito?
En muchas ocasiones Dios dispuso que se empleara este recipiente con el fin llevar a cabo su obra. Una de ellas, fue cuando Abrahán envió a su sirviente a buscar una esposa para su hijo. Este era una responsabilidad muy grande. Así que, el hombre solicitó la guía divina con el objetivo de descifrar la mujer adecuada para esta unión.
En su oración, pidió que la primera dama que fuera a la fuente y le diera de beber a él y sus camellos, sería la escogida. Justo al terminar de hablar con Dios, se apareció Rebeca con un cántaro en su hombro. Esto ayudó al sirviente a cumplir con su misión.
Otro caso fue el de Gedeón. Este juez tenía que enfrentar a un gran ejército con tan solo trescientos personas. Aunque parecía una tarea suicida, lo cierto era que Jehová había dispuesto estas condiciones para demostrar que la victoria se la debían a él. Los soldados tenían que llevar unos cántaros. El ruido de estas piezas, más el grito de los hombres, asustaron a sus contrincantes.